Este viernes, Rafel González se subirá al octágono del Pavelló Menorca en la tercera edición de Llescas i Sobrasadas, el evento de artes marciales mixtas por excelencia en la Isla.
El luchador nacido en Ciutadella se enfrentará a Álvaro Aragón en la modalidad de MMA amateur y en un peso pactado de 75 kilogramos. El luchador menorquín hablaba para «Es Diari» antes del ‘face to face’ que tendrá lugar este jueves tarde en el restaurante Bandidu: «Tener a tu familia, a toda la gente que te quiere —hermanos, primos, amigos— ahí, presentes, mirándote…», afirma.
Cabe recordar que en la anterior velada, González venció a Roger Traviesa por KO en el primer asalto en la modalidad de K1.
¿Cómo afronta esta nueva edición? ¿Sigue sintiendo nervios o ya lo vive de otra manera?
—Esta será mi segunda participación en ‘Llescas i Sobrasadas’. En la primera edición no pude estar por una lesión, pero en la segunda sí que participé y ahora, en la tercera, vamos a por todas.
Tengo muchísimas ganas de subirme al ring y pelear, que es lo que más me gusta hacer. ¿Nervios? No. Prefiero llamarlo sensación de estar vivo. Porque quieras o no, siempre sientes algo. Pero nervios no, porque cuando estás nervioso no disfrutas de la situación. Y en mi caso, esto que vamos a hacer me apasiona.
Su última pelea fue contra Roger Traviesa. ¿Qué aprendió de aquel combate?
— Él era más alto, tenía un buen kickboxing y una pegada potente, pero logré llevarme la victoria por KO en el primer asalto. Si algo he aprendido —más allá de sumar experiencia— ha sido a gestionar mejor las situaciones y a resolver problemas.
¿De qué forma se inició en este deporte?
—Empecé a practicar artes marciales gracias a mi hermano. Cuando yo era muy pequeño, él hacía kickboxing y boxeo, y siempre me enseñaba todo lo que iba aprendiendo.
Fue él quien me transmitió esa pasión por las artes marciales. Yo ya tenía dentro esa inquietud por aprender, porque una pasión tan grande, quieras o no, en algún momento tiene que salir. Pero fue mi hermano el pionero, el que me abrió el camino.
¿Qué opinión le merece su próximo rival?
—Álvaro Aragón es un chaval que ya tiene experiencia en MMA. Me encanta enfrentarme a gente buena como él. Siempre espero que el combate sea una guerra, un buen espectáculo, que la gente salga contenta de haber pagado la entrada.
Me encanta pelear, es por lo que vivo y por lo que entreno tanto. Da igual contra quién me toque, lo importante es subirse al octágono bien preparado y dar al público lo que se merece.
—¿Cómo ha sido su preparación estas últimas semanas?
—Las últimas semanas siempre son las que cuestan un poquito más, ya tenemos muchas ganas de pelear. El trabajo ya está hecho y simplemente nos queda esperar. Estos días estoy pasando un poco de hambre y se hace un poco más duro, pero contento. Estoy siguiendo los patrones que tengo marcados para dar el peso. Estamos preparados para entrar en pelea.
¿Qué tal lleva la parte mental? ¿Tiene algún ritual, técnica o costumbre para gestionar la presión?
—Para mí, la parte mental es fundamental. Claro que necesitas habilidades, porque por mucho que pienses que vas a ser el mejor, si no te da, no lo vas a ser. Pero si tienes las capacidades y no te lo crees, tampoco vas a llegar.
Al final, es una mezcla de todo. Pero una vez tienes el trabajo hecho, la mente es lo que lo dirige todo.
¿Qué significa poder competir en casa, delante de su gente, en un evento como este?
—Me encanta el simple hecho de pelear, así que imagínate lo que significa hacerlo delante de toda mi gente, en mi casa. Es que no veo forma de que algo así pueda salir mal. Es una motivación extra, inigualable. Una sensación que no se puede describir con palabras.
Tener a tu familia, a toda la gente que te quiere —hermanos, primos, amigos— ahí presentes mirándote… Es una emoción que no tiene precio. Es algo que solo se puede sentir cuando estás ahí, viviéndolo.
Es cierto que la preparación a veces se hace dura: son muchos meses, muchas horas, mucho sacrificio. Pero poder llegar a ese momento, delante de toda esa gente que te apoya, y hacer un buen papel, sentir su calor... eso es algo que no tiene ningún precio.
Las artes marciales tradicionales a menudo enfatizan valores como el respeto, la humildad, la disciplina, el honor y la cortesía, que pueden no ser tan centrales en las MMA, que se centran más en la eficacia del combate y la victoria. Aunque las MMA pueden promover la disciplina y el respeto por el oponente dentro del contexto deportivo, la naturaleza competitiva y a menudo agresiva de las peleas puede restar importancia a algunos de los valores éticos y morales más amplios asociados con las artes marciales clásicas. Valores comunes en artes marciales tradicionales que pueden no ser tan prominentes en las MMA: Respeto: Si bien las MMA requieren respeto por el oponente en el sentido de reconocer su habilidad y peligro, las artes marciales tradicionales suelen cultivar un respeto más profundo y generalizado, que se extiende a los instructores, compañeros y a la propia disciplina. Humildad: Las artes marciales tradicionales a menudo enseñan que siempre hay algo más que aprender, fomentando una actitud de humildad y apertura a la mejora constante. En las MMA, la búsqueda de la victoria puede llevar a veces a una mayor confianza y a una menor disposición a reconocer las debilidades. Honor: El honor en las artes marciales tradicionales implica un código de conducta ético y moral, donde el individuo se esfuerza por actuar con integridad y dignidad, tanto dentro como fuera del dojo. Las MMA, al ser un deporte competitivo, pueden priorizar la victoria sobre la ética en ciertos casos. Cortesía: Las artes marciales tradicionales enfatizan el trato cortés hacia todos, incluyendo a los compañeros, oponentes y personas ajenas al ámbito marcial. En las MMA, la interacción se centra principalmente en el combate, y las demostraciones de cortesía pueden ser menos frecuentes. Bondad: Algunas artes marciales tradicionales promueven la bondad y la compasión, animando a los practicantes a usar sus habilidades para ayudar a otros y a no abusar de su poder. Aunque las MMA pueden tener un componente de defensa personal, el enfoque principal suele ser la competencia y la victoria. Disciplina: Si bien las MMA también requieren disciplina para el entrenamiento y la competición, las artes marciales tradicionales pueden enfatizar la disciplina como un valor fundamental para el desarrollo personal y la superación personal, trascendiendo el ámbito Las artes marciales tradicionales y las MMA son diferentes en su enfoque y valores. Las artes marciales tradicionales tienden a poner un mayor énfasis en valores éticos y morales, mientras que las MMA se centran más en la eficacia del combate y la victoria.