La delegación menorquina se encuentra esta mañana de camino a las islas Orcadas, donde competirá entre el 12 y el 18 de julio. La expedición, que se divide en tres grupos que vuelan en tres aviones diferentes, está formada por cuarenta y siete deportistas, además de seis técnicos y delegados, repartidos en nueve modalidades deportivas.
Antes de partir hacia Escocia, Kote Vidal, coordinador general de la delegación menorquina, repasaba el proceso de preparación y compartía las expectativas del equipo para esta nueva edición de los Island Games.
¿Cómo ha sido el proceso de preparación de la expedición para estos Island Games de Orkney 2025?
—El sistema de clasificación se ha basado en la participación en competiciones federadas. A cada resultado se le asignaron puntos y, al finalizar el proceso, en marzo de 2025, las plazas se ofrecieron a los deportistas mejor clasificados en cada deporte participante en los IGA. La colaboración de las distintas federaciones deportivas ha sido fundamental. Para el desarrollo del proceso. Todo ha sido coordinado por Lorena Orfila, la coordinadora deportiva de IGA, en contacto permanente con el delegado IGA de cada modalidad.
¿Cuáles son sus funciones como Coordinador General de IGA Menorca?
—Soy el responsable del trabajo diario del proyecto y colaboro estrechamente con mi compañera Lorena (Orfila), que se encarga del ámbito deportivo. Mi función principal es representar a la junta directiva ante las instituciones, las empresas, las federaciones y los deportistas, y velar para que todo el proyecto se desarrolle dentro del marco normativo establecido. Es una labor constante, ya que no se limita únicamente a los Island Games; también organizamos los Juegos Municipales y coordinamos las fases de clasificación para los Island Games.
Desde su experiencia, ¿qué perspectivas tiene Menorca para Orkney 2025?
—Tuve la oportunidad de estar en los Island Games de Guernsey y eso me permitió conocer de cerca tanto el nivel deportivo como el valor humano de estos Juegos. Para Orkney 2025 veo una delegación menorquina muy comprometida y cada vez más preparada, tanto en lo organizativo como en lo deportivo. Contamos con un grupo de deportistas que ha trabajado duro durante la fase de clasificación y que llega con ilusión, talento y experiencia. Además, hemos reforzado la logística y la coordinación, aprendiendo de ediciones anteriores para que todo funcione mejor. Competimos contra islas con más recursos, pero tenemos talento y compromiso, y aspiramos a varias medallas en disciplinas con potencial. Más allá de los resultados, lo que más destaco es el crecimiento del proyecto: cada vez más jóvenes conocen qué es IGA Menorca, se implican y sueñan con representar a la Isla. Es la mejor señal de que vamos por buen camino y de que Orkney 2025 puede ser otro paso en la consolidación del deporte menorquín a nivel internacional.
¿Qué objetivos concretos se han marcado de cara a esta edición?
—A nivel deportivo, aspiramos a mejorar los resultados de ediciones anteriores, siempre siendo realistas. Es difícil hacer una previsión exacta, sobre todo porque esta expedición es más reducida que la de Guernsey, donde logramos diecinueve medallas con 86 deportistas, lo que supone un 22 por ciento. Ahora viajamos con 47 deportistas y sin modalidades de equipo como el fútbol, lo que cambia el escenario. Personalmente, creo que conseguir entre 10 y 11 medallas sería un gran resultado, manteniendo un porcentaje similar. Pero no olvidemos que las demás islas también buscan mejorar, así que debemos ser ambiciosos, pero realistas.
A nivel organizativo, queremos que la experiencia sea enriquecedora para todos: que vivan unos Juegos con valores, que se sientan acompañados y que regresen con ganas de seguir vinculados a IGA Menorca.
¿Qué principales dificultades han encontrado en la organización de este viaje, teniendo en cuenta la complejidad del traslado para llegar hasta Orkney?
—La organización de este viaje ha supuesto un reto logístico comparable al de Bermudas, por la dificultad de acceso a Orkney y su escasa conexión de vuelos y alojamiento. Tuvimos que planificar con mucha antelación y estudiar las diferentes combinaciones de vuelos que había para garantizar la llegada de toda la expedición. La principal dificultad ha sido coordinar los vuelos, ya que no hay conexión directa. Deberemos enlazar varios trayectos con escalas y horarios ajustados, lo que exige una organización muy precisa, sobre todo al viajar 58 personas. Hasta que no regresemos, no dejaremos de estar alerta.
¿Se trata de un viaje muy costoso?
—Los costes de desplazamiento y alojamiento han aumentado respecto a la última edición, lo que nos ha obligado a ajustar el presupuesto y la planificación del viaje. En lugar de centrarnos en las quejas, hemos optado por adaptarnos a lo que hay. La decisión más dura fue renunciar a los equipos de fútbol masculino y femenino, algo difícil para ellos y para nosotros. Pero era necesario gestionar bien los recursos. También hemos reducido la presencia en otras disciplinas, siempre buscando el equilibrio y la sostenibilidad.
Gracias per dixar es fútbol defora.