Hay victorias que, además de sumar en la tabla, te recompensan con otros dividendos que quizás son más valiosos que el propio triunfo. El ejemplo es claro en el partido de ayer. El Valeriano Allés certificó una victoria fácil y previsible ante un CV Aguere que jamás tuvo ni la mínima oportunidad de arañar nada en Ciutadella pero donde lo más importante fue el paso adelante que dieron los jóvenes valores con los que cuenta la entidad bermellona. Elena Marmaneu y, sobre todo, Roser Olives, demostraron carácter, ambición y ganas con una participación activa en el triunfo del Valeriano Allés. La jugadora de Ciutadella disputó íntegramente el segundo y el tercer set para aportar serenidad desde el saque, además de cinco puntos, lo que le valió el aplauso del público.
El partido, quizás empapado por el ambiente, empezó frío. Una ventisca bermellona subió sin demasiados apuros el 3-0 al marcador antes de que Ambrosio González, técnico del Aguere, pidiera tiempo. Recortaron las visitantes dos puntos antes de que el Valeriano Allés ejerciera de favorito (8-2). Tres puntos en la red gracias al bloqueo de la pareja Sorokina-Cano, y la falta de oposición de McNatt por el carril del '4' abrieron pronto el parcial (19-12). Hasta cuatro errores en el saque local mantuvieron con vida a un Aguere que al handicap de la evidente diferencia de nivel entre las dos plantillas le sumaba tener que jugar con una colocadora cadete, Alba Mendoza, que no desentonó.
El segundo tiempo muerto de González tampoco surtió demasiado efecto y al primer set lo sazonó una finta de McNatt para el 21-12, un bloqueo poderoso de Cano y Danira para el 23-12, un bloqueo que casi pareció un mate por la insultante superioridad de Cano (24-12) y una finta que botó sobre la línea de Sheila para cerrar el primer acto (25-12).
Le faltó picante al primer juego. La diferencia fue clara e incluso Bep Llorens se permitió introducir en la cancha a la joven Elena Marmaneu, cada vez más suelta y con mayor confianza. De hecho, la valenciana se mantuvo en pista en el arranque del segundo acto con la novedad de la ciutadellenca Roser Olives.
Anecdóticamente el Aguere se impuso en el arranque, quizás por demérito local (1-2), pero el campeón, reaccionó el campeón recurriendo, de nuevo, a McNatt (7-2). Ambrosio, muy encima de sus jugadoras y exigiéndolas el máximo en cada balón, pidió un minuto de nuevo a los colegiados. Dos puntos canarios después, el Valeriano Allés se adueñaba del primer tiempo técnico (8-4).
Se relajaron las bermellonas y la primera línea del Aguere dio un paso más. Enseñaron los dientes e incluso se pusieron a un punto (11-10) lo que obligó a Bep Llorens a parar el duelo. No hubo bronca, al menos no que se viera desde fuera, quizás unos simples ajustes. Los suficientes para firmar, con Roser Olives al saque, un parcial de 5-0. Imitó González. Resultó estéril. Con el 20-13 repitió movimiento y en el parón, tras un fallo de comunicación de Cabrera y Misha en un balón fácil y apto para todos los públicos, el enfado fue creciendo.
El Valeriano Allés, desde la calma y con la fiabilidad que da tener a Esther Marquès al saque, gestionó la ventaja hasta el 25-14.
Llorens, que no veía peligrar el rumbo del duelo, mantuvo a Olives y a Marmaneu en cancha, aunque sacó a McNatt para que regresara Sheila. La salida del Aguere fue más ambiciosa que la del Valeriano y, además, las canarias remataban sobre la benjamina de ciutadellenca (6-5) y a ese ímpetu pronto se le unieron los típicos fallos de comunicación de un equipo que está en vías de construcción (10-8).
Entonces el Valeriano encerró al Aguere en una rotación que no le resultaba cómoda con cinco saques seguidos de Olives que empezaron a decantar el set (15-8). Pegó un último coletazo el Aguere pero de nada sirvió, las locales se habían conjurado para hacer terapia de grupo y recuperar el carácter ganador. Y en eso están (25-15).