«Claro que estaré en Ciutadella en verano y por las fiestas de Sant Joan. Menorca es mi casa». Ya no la volveremos a ver ‘volando' a la hora de sacar o de rematar; tampoco, animando a la grada ni dando brincos a cada punto. Sin embargo, Maira Westergaard (Santa Fe) ya es una ciutadellenca más. Ahora, por decisión de Bep Llorens, su etapa de seis años en el Avarca de Menorca ha vivido su final más inesperado, para ella y para el respetable. La ya excapitana y máxima anotadora del equipo bermellón– si bien respeta la decisión del entrenador–, lamenta no haberse podido retirar en el Avarca, después de, según ella, haber dicho a la entidad que su intención era la de renovar en Ciutadella. Días después de su doloroso adiós, Westegaard habla largo y tendido con «Es Diari».
Primera gran pregunta. ¿Dónde jugará el año próximo Maira Westergaard?
— No lo sé todavía porque tengo ofertas para irme al extranjero o quedarme en España pero de momento analizando todo. Seguramente me quede en España; al final, me ayuda mucho ya que conozco la liga e idioma y también es algo a favor (risas). Analizando ofertas, nada concreto.
¿Ya ha digerido y asimilado que no sigue en el Avarca?
—Me llevó mi tiempo. Sí que es verdad que fue un golpe inesperado por eso fue muy duro a la vez; pero bueno, poco a poco se va saliendo de eso y hay que ir pensando en uno mismo y seguir adelante como siempre.
¿Ha llorado estos días tras el inesperado mazazo?
—Por fuera poco pero por dentro la verdad que sí. Fueron semanas difíciles y de muchas sensaciones, mezcla de muchas cosas y sentimientos. Pero tengo la gran suerte de tener a mi pareja y a mi familia menorquina– y amigos– que estuvieron conmigo en todo momento, dándome sus ánimos y fuerzas. Sin ellos todo hubiera sido mas difícil.
¿Qué ha pasado a ver? ¿Qué le argumenta Llorens para decirle que no cuenta con usted?
— Tengo una charla con Bep donde él me manifiesta que mi rol como líder o como lo que es Maira no lo ve muy claro para formar el nuevo equipo. También me expresa que mi rendimiento en algunos momentos no iba acorde con lo que exijo yo dentro del campo y que soy una jugadora que no le gusta estar en el banquillo. Porque sí que es verdad que soy muy competitiva pero he sabido estar tanto fuera como dentro del campo cuando el equipo así lo necesitó.
Algo más habrá ocurrido, quiero imaginar...
—A parte, otras cosas que me deja caer. Sí que es verdad que este fue un punto muy clave para mí en ese momento porque considero que toca algo muy personal mío. Entre eso y otras cosas, fue un momento muy difícil. También me expresó algunas cosas positivas y que él mismo me dijo que se ‘aprovechó', por así decirlo, todos estos años de lo positivo que doy, dentro y fuera del campo.
Imagino que no entiende ni comparte su decisión...
—Puedo entender que él pretenda hacer un equipo en el cual una jugadora tan líder como yo no encaje pero es mi forma de ser y de jugar, por lo que si el entrenador no ve claro tener una jugadora así, lo acepto. Pero Maira seguirá siendo Maira, esté donde esté. Su decisión la puede tomar con todo el derecho porque es el entrenador y quien forma el equipo. Yo estaré más o menos de acuerdo con sus motivos pero ya lo que yo piense o no, no cuenta.
Durante seis años la máxima anotadora del equipo, ¿cómo se entiende que no siga?
— Considero que estos seis años en el Avarca han sido muy buenos, promedio de dos MVP por temporada, más uno en un All Star y uno en la Supercopa que ganamos en Menorca; creo que nada mal, ¿no?. Aparte de todo eso, fueron años muy buenos en lo personal y lo mejor que viví en todas estas temporadas fue que me crucé con gente maravillosa y que llevo conmigo siempre. Me llevo el cariño de toda la gente que estuvo acompañándome año tras año y para mí eso es mi mejor premio. No hay trofeo ni medalla que me llene tanto como el cariño y amistades.
En diciembre le proponen renovar. ¿Por qué no acepta la propuesta para seguir?
— El club me hace una propuesta de renovación, hablo con mi representante y le expreso que si el Avarca me había hecho esta propuesta, que supiera que yo me quedaría en Menorca. Al día siguiente, hablo con Bep Llorens y le doy mi palabra de que mi prioridad era seguir aquí pero que en ese momento estaba centrada en seguir la competición y que tema contrato, firmaría al final de la temporada, como cada año. Pasan los meses y espero a terminar curso, esperando la llamada de Bep, que esos días nunca me llamó. Y a los días, me llama mi representante diciéndome que la directiva y entrenador se lo estaban pensando el tema de mi renovación. Para mí personalmente fue un jarro de agua fría y pido a Bep de quedar para saber los motivos.
Y le comunica sus dudas.
—En una charla de más de dos horas salen cosas de este año y de anteriores y es cuando me queda muy claro lo que mi entrenador me decía. Termino la conversación diciendo que eran momentos para reflexionar pero claramente de esa reunión salí más que segura de que mi carrera aquí se había terminado.
Bueno, en Ciutadella se ha consagrado como estrella, ¿qué le han supuesto deportivamente estos años?
—No sé si llamarlo estrella pero sí una jugadora que por mi carácter, forma de ser y lo que transmitía dentro y fuera del campo, me hice una jugadora muy querida en Menorca. Considero que también acompañaba mi nivel de voleibol y que año tras año el equipo iba logrando un poco más que el anterior, como meterse en Play off, jugar Copas y, sin dudas, jugar en Europa que, después de tantos años, se volvieron a vivir partidos de gran nivel aquí. Porque, a parte de todo esto, he demostrado ser muy profesional, comprometida en mi trabajo y cuando me entrego en algo lo hago con todas mis fuerzas y mi corazón. He sido muy transparente y eso también hizo que la gente me conociera tal y como soy como persona.
¿Qué le diría a toda esta gente que ha disfrutado con y de usted estos seis cursos?
—A toda esa gente que ha disfrutado de mi juego, de mi forma de ser, de mi compañía, tanto dentro como fuera de campo, les doy las gracias. Solo espero que durante todos estos años hayan disfrutado de esta argentina que lo ha dejado todo en cada partido, que aún con dolor o lesionada he intentado dar lo máximo de mí. Que nunca se callaba y que salía de la cancha con las manos bien calientes de tanto aplaudir y alentar a compañeras y público. Solo espero haber dejado alguna pequeña huella de esas que siempre serán recordadas.
¿Cuál cree que habrá sido su mejor momento en el Avarca en esta fructífera etapa?
—Haber ganado esa Supercopa fue un momento muy bonito y luego también el poder clasificarnos para volver a jugar en Europa, que era el sueño del club y de mucha gente que quería regresar allí. Digo dos momentos muy puntuales pero la verdad que tras seis años aquí me llevo muchas cosas más, sin hablar de Copas de la Reina y Liga Regular.
¿Y el peor?
—Un mal momento aquí se me hace difícil decir alguno. Sí que es verdad que al ser tantos años siempre intento quedarme con lo bueno y eso me hace irme de una manera mucho más confortable conmigo misma.
A nivel deportivo, ¿se va del Pavelló con alguna espina clavada o reto pendiente?
—Si me voy con algo pendiente es de no haber jugado una final de Liga Regular y, sin dudas, haberme podido retirar en este club, que lo había soñado y era algo que hubiera querido mucho. Rodeada de mi familia, de toda esta gente que siempre estuvo y estará. Cuando uno siente a un club con el corazón siempre espera poder terminar donde mejor se siente pero bueno, es algo que me quedará como una espinita siempre; como un sueño que no se pudo cumplir.
Estos años ha tenido muchas propuestas superiores, económica y deportivamente. ¿Por que decidía siempre quedarse en el CV Ciutadella?
—Bueno, a pesar de tener otras propuestas, siempre uno elige donde quedarse porque se siente a gusto y está bien en el club donde está. Y porque al final, es un club que apunta siempre a estar en lo más alto de la liga. Entonces, eso es una motivación importante y año tras año ha ido mejorando a nivel de profesionalidad; por eso siempre dije que es uno de los mejores clubes de España. Pero a parte de mi trabajo, que es el voleibol, he formado mi historia de vida en Menorca, he podido hacer mi proyecto de futuro aquí, tuve la gran suerte de encontrar una pareja que me acompaña siempre y una familia menorquina a la que estoy y estaré siempre agradecida, porque nunca me dejarán bajar los brazos. Por eso mismo, mi hogar siempre será Ciutadella y a pesar de irme fuera la temporada que viene, tengo lo mas importante aquí; un gran peso para siempre volver con la gente que quiero estar.
Tras estos años tan bonitos e intensos de relación con el Avarca, ¿se siente dolida o decepcionada con el técnico o con la entidad?
—Con la situación y cómo se ha dado todo, sí estoy dolida, más que nada porque son muchos años aquí y, sin dudas, me hubiese gustado despedirme de la gente y no irme con ese sabor amargo y esa sensación de vacío en mi último año aquí. Pero uno no puede controlar estas cosas y al final, cuando pasan, solo hay que juntar fuerzas y seguir siempre hacia delante. Ahora mismo es lo que toca hacer.
Va, despídase de nuestros lectores y de sus seguidores...
—Hoy juego mi último partido. Es un partido conmigo misma, por eso hoy mis palabras y mis victorias van dedicadas a toda la gente de Ciutadella. A todos ustedes les digo: Gracias por alentar y apoyar mi trabajo como jugadora profesional durante estos seis años; por vuestros gritos de ánimos, vuestros aplausos y por acompañarme en cada momento de mi trayectoria. Decirles que mi intención y mi objetivo siempre ha sido quedarme en este club pero que, por decisiones que no están en mis manos, ahora debo retomar un nuevo rumbo en mi vida. Nunca imaginé que aquel partido de semifinales jugado en el Pavelló sería mi último gran partido en casa; de haberlo sabido, hubiera sido yo misma la que, con gran humildad, me hubiera inclinado hacia mi afición y les hubiese aplaudido por siempre estar ahí, a mi lado. Gracias también al club, que apostó por mí todas estas temporadas; les deseo el mayor de los éxitos. A mis compañeras, por los momentos bonitos vividos en la pista y fuera de ella. Y porque año tras año me fui quedando con esas personas que fueron especiales para mí. Al final, el deporte te da lo más bonito, que son las amistades. A mi pareja y a mi familia menorquina, por ser mis confidentes y apoyarme siempre; sin ustedes nada sería lo mismo. Se cierra una etapa en mi carrera deportiva con el Avarca donde he dejado mi voz, mis aplausos, mis lágrimas y todo mi esfuerzo día tras día para dejar al club siempre en lo más alto. Espero que hayan disfrutado de mi juego y de lo lindo del voleibol que para mí es: ‘Jugar con pasión'. Os habéis ganado un espacio en mi corazón. Gracias por todo, fue un placer vestir esta camiseta.