Menorca es, principalmente, un destino de sol y playa. Dispone de 75 playas y calas perfectas para disfrutar de los baños del Mediterráneo. Haciendo gala de su condición de Reserva de Biosfera, los espacios vírgenes actúan como bandera insular, pero también los arenales en zonas urbanas.
Para aquellos usuarios que buscan comodidad a la hora de darse un baño, Menorca dispone de una buena selección de estas playas urbanizadas. Juega a su favor la facilidad de acceso, la proximidad de bolsas de aparcamiento, así como el transporte público, junto a servicios en las inmediaciones, tales como oferta complementaria y actividades de ocio ofrecidas por empresas de recreo náutico. Lo cierto es que no por estar urbanizadas desmerecen en belleza ni en aguas transparentes y cristalinas.
Son Bou es la playa urbana de mayor longitud. Sus 2,5 kilómetros de arena fina y blanca la convierten en una opción ideal para darse un chapuzón y un paseo por la orilla. Considerada una de las joyas del litoral de Menorca, destaca Cala Galdana, encajada entre acantilados.
En Es Migjorn Gran, merece una visita Sant Tomàs, mientras que en el norte son aconsejables lugares como S’Arenal d’en Castell, Son Parc o Cala Tirant. En la zona de Ciutadella, además de Cala en Bosc y Son Xoriguer, destacan pequeñas calas urbanizadas como Cala Blanca, Santandria y Sa Caleta que, junto a Cala en Blanes ofrecen diversidad de alternativas entre las que elegir.
En la costa de Sant Lluís no hay que perderse la visita a Punta Prima, con vistas espectaculares a la Illa de l’Aire. Tampoco hay que olvidarse de Cala en Porter, que mantiene su esencia natural y permite disfrutar de un bello paisaje.