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El sondeo del IBES identifica los problemas que no pueden esperar en la Menorca del futuro

El director del Instituto Balear de Estudios Sociales, Gonzalo Adán, señala las líneas de acción

Intervención del sociólogo y director del IBES, Gonzalo Adán, en el foro Menorca mira al futuro | Vídeo: Youtube: Menorca · Es Diari

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Los resultados de la última encuesta del Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES) fueron el marco en el que se desarrolló el debate sobre el futuro de Menorca. Gonzalo Adán, doctor en Psicología Social, profesor de Psicología en la Universitat de les Illes Balears (UIB) y diplomado superior en Metodología de las Ciencias del Comportamiento, dirigió un sondeo que puso a los encuestados en la tesitura de pensar en el porvenir.

Partiendo de la base de que la Isla «sigue siendo un lugar profundamente deseable para vivir y visitar, por su paisaje, identidad y dimensión humana», las respuestas de esos 1.021 ciudadanos, advirtió Adán, son un aviso de que «se tensan los resortes que sostienen lo cotidiano», como son la vivienda, el agua, el clima, la energía, la movilidad, los servicios, el territorio, el urbanismo, la economía y el turismo. «Esos y no otros han sido los epicentros de inquietud de los encuestados», señaló el director del IBES.

Gonzalo Adán, director del Instituto Balear de Estudios (IBES). | Gemma Andreu

La propuesta de Adán giró en torno a tres ejes: comprender el problema, «qué se ha roto o está a punto de romperse»; trazar la trayectoria «si dejamos que la inercia gobierne los próximos 25 años»; y por último, fijar unas líneas de acción realistas, que devuelvan margen y certidumbre «para pasar del diagnóstico a la acción».

Como indicó el profesor, los resultados del sondeo recogen «los miedos e inquietudes» de los menorquines encuestados, «es una extrapolación», pero puede ser el punto de partida para «apuntar rutas», ya que la inacción podría llevar a problemas graves en materia como la vivienda, con «la expulsión silenciosa de perfiles clave» y desarraigo; el turismo, con una «peor experiencia» y más conflictos, por las molestias y la competencia entre turistas y residentes; en territorio, a la pérdida de calidad paisajística; o la demografía, con un envejecimiento progresivo de la población menorquina que convive con una inmigración que preocupa al 67 por ciento de los encuestados.

Adán cierra con esperanza su análisis al afirmar, «que no cunda el pesimismo, con foros como este os adelantáis de manera responsable a lo que está por venir».

Vivienda

  • Parque de alquiler asequible y cupos para personal crítico. Las respuestas al problema son complejas, hay acuerdo en reducir la ratio salario/alquiler pero no en poner tope a los precios. Los ciudadanos piden un parque estable de alquiler asequible y vivienda-puente ligada al empleo; también cupos para el personal crítico. El 50 por ciento reclama acabar con el alquiler turístico.

Turismo

  • Transición con calidad y análisis de capacidad de carga.  La demanda ciudadana es enorme: el 82 por ciento quiere reducir coches, el 88 por ciento limitar el alquiler turístico y el 72 por ciento eliminar barcas. «Solo se puede hacer compensando en otras áreas», advierte el experto. La transición exige mantener la calidad, el análisis de la capacidad de carga por zonas y una desestacionalización «real».

Agua y energía

  • Modernizar redes, prevenir pérdidas y uso de renovables.  Si no se actúa, la inercia llevaría a restricciones, costes estructurales altos y menor capacidad de respuesta ante sequías. Se requiere un plan hídrico preventivo, reducir pérdidas, impulsar la regeneración y la desalación eficiente vinculada a renovables. Un 90 por ciento de los menorquines apoya las renovables si no hay impacto paisajístico.

Demografía

  • Ayuda al arraigo del residente y migración integradora. Envejecimiento de la población local, fuga de jóvenes emprendedores e inmigrantes (el 67 por ciento se preocupa por esta cuestión) conforman el puzzle demográfico. Las acciones son: ayudas al arraigo del residente, incentivos a la permanencia y retorno del talento junto con una migración integradora que conecte idioma, empleo y vivienda.

Marca Menorca

  • Convertir identidad en economía con un sello «exigente».  Aumentar valor de la marca Menorca o en 25 años será «bonita pero indiferenciada, se pronunciará mucho y se monetizará poco», advierte Adán. Los valores de patrimonio, lengua, paisaje y gastronomía deben tener un retorno económico. La idea: un sello exigente Menorca Biosfera unido a una estrategia de experiencias trazables con prima de precio.
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