Vivir en el pueblo de Sant Climent, de unos 600 habitantes y a unos pocos kilómetros de Maó, es todo un lujo. Esto seguro que lo piensan tanto sus propios habitantes, orgullosos de su pueblo, como muchos de sus visitantes. Vivir en una villa tranquila y apacible como Sant Climent, y hacerlo a unos minutos en coche - y no mucho más a pie - de la ciudad de Maó, suponen unos ingredientes que hacen de esta población urbanizada el año 1817 un lugar referencial en la Isla.
Su iglesia, construida el año 1989, sustituyó a la anterior -del siglo XVII- y ocupa un lugar de referencia en Sant Climent, en plena plaza y totalmente visible. De hecho, es usada como estampa de muestra del pueblo.
Otra de las visitas obligadas quizás es el Casino de Sant Climent. Sus tapas se han convertido en una cita fija en esta zona de la Isla y un punto de encuentro de residentes y turistas.
También, cuando se llega a la población del levante menorquín, se puede disfrutar del Molí de Sant Climent, una viva demostración de la arquitectura tradicional menorquina. Y el camino de Curnia acaba en el camino Vell de Sant Climent, antigua vía de acceso desde Maó al pueblo vecino, que se usaba antes de construir la actual carretera, en el año 1863. Si tomamos este camino hacia el Este, en dirección a Maó, encontraremos el talaiot de Curnia Vell, situado sobre un montículo con buenas vistas sobre el campo menorquín.
Paz y tranquilidad
Sant Climent es de esos lugares apetecibles, por la calma de sus calles
Joan Joanico |