Durante los meses de verano las redacciones de los medios de comunicación acogen a estudiantes en prácticas cuya contratación facilita el cumplimiento del calendario de vacaciones asignado a los periodistas de plantilla. La figura del becario, hoy tan extendida, se implantó cuando la existencia de las escuelas de Periodismo y posteriormente cuando la proliferación de las facultades de Comunicación en las universidades españolas.
A mediados de los años 70, el joven mallorquín Enrique Merino era un estudiante de Periodismo que tuvo la oportunidad de trabajar en verano en "Diario de Mallorca". Inteligente y dotado de gran intuición periodística, Merino compaginó su labor en la redacción del citado periódico con su colaboración informativa en la delegación de la agencia Efe en Palma, oficina de la que por cierto llegó a ser delegado durante el periodo 1987-89. Como era un buen profesional, Efe pronto le brindó trabajo en su delegación de Buenos Aires (1980-83); transcurridos esos años se incorporó a la central de Madrid y de ahí no tardó en ser destinado a Washington y posteriormente a Nueva York. En la capital estadounidense, y durante varios años, Merino fue el corresponsal titular de Efe ante la Casa Blanca. Desde 1995 a 1997 trabajó en Manila, en 1998 regresó a Madrid y permaneció en la sección de internacional de la agencia estatal. Pero en 2007 emprendió una nueva etapa al ser designado delegado de Efe en Castilla La Mancha y volver a dedicarse a la información de ámbito regional.
He citado la trayectoria de Enrique Merino como ejemplo de eficiente dedicación profesional. Aquí podría reseñar naturalmente los nombres de otros muchos estudiantes que, tras su paso veraniego por las redacciones del rotativo mallorquín y del "Menorca", se convirtieron en excelentes periodistas. Aunque debo manifestar asimismo que tampoco faltaron los becarios que lo pasaron mal -algunos fatal- porque la jornada laboral se les quedaba corta para elaborar algún reportajillo y un par de gacetillas breves.
En cualquier caso, en la profesión periodística está ampliamente corroborado que las redacciones de agencia y de periódico constituyen la mejor escuela práctica para los jóvenes que deciden ganarse la vida en el mundo de la comunicación. La presencia de becarios/as suele introducir aire fresco -siempre necesario- en el monótono paisaje de las redacciones e incluso obliga a modificar ciertas rutinas laborales, sobre todo por parte de los jefes. Además, siempre hay becarios que a veces aportan unas visiones interesantes, novedosas, sobre el trabajo periodístico que no conviene desdeñar.
En el mundo del fútbol, el Barça de Pep Guardiola ha demostrado con hechos cuán importante es cuidar la cantera, basta repasar los fructíferos resultados obtenidos. Viene a cuento esta alusión futbolística porque estimo que en el mundo de la comunicación social tiene que seguirse el mismo camino, esto es, prestar la máxima atención a la cantera, a los becarios que al finalizar sus estudios permiten nutrir e incrementar las plantillas de los medios informativos. En los dos últimos años, sin embargo, la crisis económica también ha afectado a los estudiantes, ya que muchas empresas se han visto abocadas a reducir el número de contrataciones para los meses estivales y las fechas navideñas. Y lo malo es que estas decisiones empresariales entorpecen lamentablemente cualquier plan que persiga garantizar la disponibilidad de una buena cantera periodística.