Abro el libro por la página 54, por donde me había quedado, y empiezo a leer con ansia.
Suena una trompeta en la tercera línea y en el siguiente párrafo toda la guarnición queda formada. Un sargento loco grita: ¡a las armas! y a lo lejos se ve el humo denso de lo que fue un poblado de buhoneros…
Es una novela apasionante con el 7º de Caballería galopando por las páginas y donde los pieles rojas se escaquean en los capítulos impares... Pero se está haciendo tarde y digo para mí que mañana me costará levantarme.
Apago la luz, me cubro con las sábanas y es entonces cuando me doy cuenta que aquella no es mi casa. Suena una trompeta lejana, me giro y veo aterrado que un apache entra con una antorcha por la ventana de mi cabaña...