Desde siempre la vida ha estado llena de tópicos y paradigmas; eso es algo que nadie podría negar. Lo mismo sucede en este mundo de la melomanía, pues es inconcebible para alguien que ame el rock, no adorar a clásicos como Elvis Presley o Grand Funk Railroad. Asimismo, si lo tuyo es el pop, no pueden faltar los Beatles o los Beach Boys. Son ejemplos sencillos, pero sirven para entender el mensaje. Pues lo mismo sucede con el heavy metal o la música extrema. En la actualidad el tema de las etiquetas es digno de estudio, ya que si no diferencias el metalcore del nintendocore o el emo de post rock, pues eres un don nadie. No nos desviemos. Si eres heavy y no conoces un disco comoReign in Blood, es que probablemente pasaste a secundaria sin pasar por primaria, o llegaste en una máquina del tiempo desde la época en que Sex Pistols estaban alarmando a la señorial sociedad británica.
De todas maneras todas mis disertaciones no sirven de nada frente a un disco comoReign in Blood, parido el mismo desde las entrañas del mal más subversivo. Actualmente es un disco clásico, aceptado en su conjunto, 29 minutos de locura sonora apta para unos pocos. No por ello estamos hablando de algo prohibitivo, pero en este caso no sirven los prejuicios o las mentes cerradas. Aquí reina la velocidad, los ritmos contundentes, esos riffs marca de la casa, los gruñidos mordaces de nuestro querido Tom Araya y por supuesto 10 canciones que quitan el hipo y convierten tu vida en algo diferente después de semejante experiencia.
Slayer, combo de origen californiano, aunque con sangre chilena (Tom Araya, voz y bajo) y cubana (Dave Lombardo, batería), se completa con el grandioso Kerry King (guitarra) y el amenazante rubio Jeff Hanneman (guitarra).
Tocados por la varita mágica del famoso productor Rick Rubin (que encumbró las carreras de gente tan dispar como Johnny Cash o Run DMC), Slayer estuvieron en el lugar preciso y en el momento adecuado.Reign in bloodes un volcán que escupe rocas puntiagudas, con una producción impoluta y con dos temas extras en su edición de 1998, fue incluido en su día dentro de géneros como el thrash metal o el speed metal. Slayer nos brindan en este caso una colección de canciones que podrían calificarse simplemente como heavy metal, pues de hecho al igual que ha sucedido con los primeros discos de Metallica, su contundente sonido suena actualmente más pulido que el de muchas bandas de sonido extremo.
Reign in bloodes la paranoia deAngel of death, el martilleo dePiece by piece, la incontinencia deNecrophobic, el punk theAltar of Sacrifice(como se nota en este caso de donde nacieron los brasileiros Sepultura), el mensaje enJesus saves, la maldad deCriminally Insane, la inmediatez deReborn, el clasicismo metálico deEpidemic, concluyendo el disco con uno de los mejores temas musicales de todos los tiempos,Raining Blood, el sonido del apocalipsis, la intensidad musical en ese máximo punto de éxtasis celular.
Se dice que fue Ozzy el padre de esa música que nos cambió la vida. Yo creo que Slayer cogieron su estandarte y reinventaron una receta que nada se parecía ya a la original. Estamos en el 2011 y puedo afirmar que Slayer siguen firmando discazos y que Ozzy, bueno, de la mano de su querida señora, hace lo que puede, jeje.
Este disco no es recomendable como regalo de San Valentín, ni como obsequio para la suegra (a no ser que queráis deshaceros de ella), ni para novias modositas ni amigas del alma.
Concluyo mi análisis de la quincena, brindando mi especial tributo a Juan Miguel Gomila, residente de Es Castell y perfecto representante de la música más increíble que la vida nos regaló cuando éramos solamente unos imberbes. Sobre todo él. Te quiero Juanmi.
Slayer
Título: Reign in Blood
Año: 1986
Sello: Def Jam
Producción: Rick Rubin