El proyecto audiovisual «Calle Sonora» ha aterrizado en Menorca. Una iniciativa que tal y como explica su impulsor, Pablo Sánchez, tiene por objeto «captar la magia de la música en directo». Pero no de la forma a la que estamos acostumbrados a través de los videoclips convencionales, sino «alejando al artista del contexto habitual y trasladándolo a un escenario sin escenario», apunta Sánchez, gaditano pero con lazos familiares en la Isla.
Ha sido esa conexión la que le ha llevado a grabar en Menorca después de haber trabajado con más de un centenar de grupos y solistas en diferentes puntos de geografía española. Para su estreno en la Isla ha contado con la colaboración del músico y compositor Guiem Soldevila. «Hemos escogido a Guiem porque conocemos su trabajo desde hace tiempo y pensamos que es uno de los referentes de la música menorquina», apunta Sánchez.
Tras pensar inicialmente en las canteras de Líthica como el lugar para filmar, en un plano secuencia la actuación, los responsables de Calle Sonora se decantaron finalmente por una de las cuevas de la necrópolis de Cala Morell. Una decisión que no podía resultar más acertada, tal y como apunta Soldevila, quien recuerda que la canción elegida para la grabación, «El gir inevitable», que aparecerá en su próximo disco, fue compuesta «en un contexto muy parecido, un poblado talayótico».
Para el músico menorquín, que en el vídeo está acompañado por Pau Cardona al chelo y Violant Menorca al violín y en los coros, la colaboración con Calle Sonora le ha ofrecido la posibilidad de presentar el lado «más desnudo» de su trabajo en contraste con las canciones más producidas en sus álbumes.
Tanto el músico como el realizador definieron la experiencia como «mágica», en un entorno con una luz especial y con una acústica muy buena para el proyecto musical.