La figura de Fernando Ortiz Fernández (La Habana, 1881-1969) recibió este sábado el homenaje que le había prometido Ciutadella, por acuerdo de plenario, en 1996. Ha sido con la concesión de la Medalla de Oro de la ciudad, aprovechando la celebración del simposio que, desde el jueves, se ha celebrado en la Isla, alrededor de este destacado personaje dentro del mundo de la antropología mundial.
La hija del científico cubano y su marido, María Fernanda Ortiz y Jesús Julio López Jacoiste, fueron los encargados de recoger la insignia durante el acto celebrado por la tarde en el Ayuntamiento de Ciutadella. Un acto que reunió a toda la Corporación municipal, además del conseller balear Marc Pons, la directora general de Cultura, Joana Català, la vicepresidenta del Consell, Maite Salord, y el conseller insular de Cultura, Miquel Àngel Maria.
Presentes estuvieron también asistentes del simposio, así como, entre otros, miembros del Institut Menorquí d'Estudis.
Conferencia
El antropólogo de la Universidad de Chicago y especialista en la figura de Fernando Ortiz, Stephan Palmié, pronunció la conferencia titulada «Caribbean and Mediterranean Transculturations». Una intervención en la cual valoró el simposio que se cerró ayer y que durante tres días ha permitido analizar la obra del homenajeado. De hecho, este era el tercer simposio celebrado a nivel mundial alrededor del autor cubano, después de los que tuvieron lugar en Cuba y Nueva York. Sin embargo, ha sido el primer encuentro de especialistas lejos del continente americano, el primero en el Mediterráneo. Precisamente, este hecho fue motivo de satisfacción, ya que supone el contacto entre el Caribe y el Mare Nostrum.
El concepto de «transculturación» que popularizó Ortiz fue tomado en consideración, atendiendo a la vigencia del mismo. Recordó Palmié el interés de este concepto en lugares como Europa, que debe afrontar el reto de las migraciones.
Tras la intervención del profesor en Chicago, la alcaldesa de Ciutadella, Joana Gomila, recordó la relación que tuvo durante su infancia Fernando Ortiz con el municipio y lugares emblemáticos como la Plaça des Born. Un vínculo que mantuvo siempre a pesar de su regreso a Cuba, manteniendo contacto con personajes como Joan Benejam.
Precisamente, María Fernanda Ortiz recordó en su intervención el impacto que tuvo el menorquín en su padre, y la huella que en él dejó Menorca. Por eso, aseguró emocionada que, esté donde esté Fernando Ortiz, seguro que también él se emocionaría por este reconocimiento de la ciudad que tan buenos recuerdos le dejó.