Los responsables de los Cinemes Canal Salat, que habían anunciado el cese definitivo de la actividad, han accedido finalmente a la petición del Ayuntamiento para no rescindir el contrato para la explotación de las salas. Ambas partes han acordado una suspensión indefinida a la espera de ver cómo evolucionan las cosas y los efectos de la pandemia.
Desde la empresa anuncian que la actividad solo se retomaría si se cumplen, por lo menos, tres condiciones. La garantía de que como mínimo se respetará el 75 por ciento del aforo, que se reactive el calendario de estrenos potentes y, lo más importante, que se levante la prohibición de comer y beber en las salas.
El nuevo posicionamiento de los concesionarios abre una vía para que la exhibición cinematográfica se mantenga en el municipio, aunque no tendrá lugar en lo que resta de año, ya que tal y como habían anunciado tras el último pase de hoy bajarán la persiana. Los planes son que la actividad, si lo llega a hacer, no se recupere al menos en seis meses.
No obstante, los exhibidores están abiertos a alquilar sus instalaciones a quienes estén dispuestos a emplearlas. Es por ello que han comunicado a Joventuts Musicals de Ciutadella, que desde hace décadas se hace cargo del municipio del Cineclub, su disponibilidad para llegar a un acuerdo y que el programa no se vea interrumpido. Desde la entidad cultural, su presidenta, Pilar Carreras, reconocía ayer que están trabajando «en una solución para continuar con las proyecciones». En ese sentido, añadía que dadas las circunstancias «es importante que el Cine Club continúe, será la manera de tener vivo el cine en Ciutadella».
Traspaso
Desde los ‘Canal Salat', uno de sus responsables, Jaume Mayans, sostiene que ante esta nueva situación, una de las mayores preocupaciones es que las instalaciones no se deterioren como consecuencia de la inactividad, especialmente la maquinaria de proyección y sonido, que fue una inversión de los concesionarios. Es por ello que están abiertos a alquilar el espacio y también, si se diera el caso, a negociar un traspaso, con la posibilidad de que la concesión esté en vigor hasta diciembre de 2021.
Mayans sostiene que la nueva situación abre una vía de esperanza, pero no esconde lo complicado del panorama. Como ejemplo pone que grandes distribuidoras como Disney hayan optado por estrenar los títulos más potentes del año, como «Mulan», a través de su plataforma en streaming.