La presidenta del Govern, Francina Armengol, ha recalcado este miércoles que el Govern está "plenamente implicado" en la candidatura de la Menorca Talayótica a Patrimonio Mundial de la Unesco y ha mostrado su apoyo "absoluto" al equipo que trabaja para que sea una realidad.
Durante una visita al poblado talayótico de Torre d'en Galmés, el yacimiento talayótico más grande de Menorca, Armengol ha mostrado su "gratitud inmensa" a la sociedad menorquina por su implicación directa en la candidatura, la única que presenta España a Patrimonio de la Humanidad.
"Menorca es un ejemplo dentro de Baleares de cuidado del paisaje y de su pasado y el cuidado del patrimonio es un elemento fundamental de una sociedad civilizada", ha manifestado la presidenta, que ha estado acompañada por el conseller de Fondos Europeos, Universidad y Cultura, Miquel Company.
De hecho, la presidenta ha recordado que el Govern ha colaborado con la candidatura a través de una subvención al Consell Insular de Menorca destinada a cubrir gastos de difusión y divulgación o a hacer actuaciones sobre los yacimientos.
El pasado mes de junio se aprobó la aportación de este año, de 200.000 euros, que, sumada a las tres anteriores, supone una inversión total de un millón de euros.
Menorca tiene 1.586 yacimientos arqueológicos, y es el lugar habitado con más densidad del mundo en yacimientos prehistóricos, que incluyen asentamientos, espacios funerarios, lugares de culto, grandes construcciones, como los talayots, y otros de menor tamaño, pero exclusivos de Menorca, como las taulas y las navetas, lo cual hace que esta cultura insular que duró más de un milenio sea excepcional y singular.
Al finalizar la visita al yacimiento, la presidenta y el conseller han conocido de primera mano cómo funciona la fábrica cervecera Grahame Pearce de Sant Climent, en Mahón, donde se produce cerveza artesana y donde se fabrica la cerveza talayótica, un producto creado en colaboración con el Museo de Menorca a partir de la investigación de unos vasos altos encontrados en unos yacimientos, con restos orgánicos de cereales como trigo y cebada, compatibles con lo que podría haber sido una bebida parecida a la cerveza.