El director teatral Joan Taltavull y la actriz Sita Muñoz buscaban un proyecto en el que trabajar juntos. Tenían claro que querían embarcarse en la aventura de representar un monólogo y la idea inicial es que este fuera una comedia, pero el destino les tenía preparado una aventura diferente. Todo giró el día que se cruzó en su camino «La voz humana», un texto escrito por Jean Cocteau en 1930 que se acerca más a lo trágico. «De repente nos encontramos con esa obra que no conocíamos y que nos sedujo mucho por la fuerza dramática que tiene tanto la historia como su protagonista», relata el director.
Con la pieza elegida, el proyecto empezó a moldearse el pasado año, pero encontró el impulso necesario cuando resultó ganadora de la primera edición de las residencias artísticas del Teatre des Born. El círculo se cerrará este sábado (20.30 horas) en ese mismo escenario con el estreno de la obra. El papel de ese espacio cultural «ha sido clave, estamos súper agradecidos», explica Taltavull: «Para empezar, poder ensayar en un teatro ya es todo un lujo; es algo muy diferente a hacerlo en casa».
Pero no es solo una cuestión de espacio, defiende. A juicio del director, es igualmente clave en el proceso poder disfrutar de un soporte técnico y del personal profesional del teatro. «El respaldo de una institución como el ‘Born' nos da mucha fuerza para tirar hacia adelante», continúa el polifacético artista, a quien conocemos por su trayectoria en el mundo de la danza, pero también por su trabajo como actor y su papel al frente del festival Pedra Viva.
«La voz humana», todo un clásico del género dramático, interpretado por actrices tan grandes como Magnani, Bergman o Signoret, entre muchas otras, ha sido objeto de adaptaciones de lo más variadas, como la que realizó el año pasado el director de cine Pedro Almodóvar en el cortometraje protagonizado por Tilda Swinton. Diferentes formas de abordar una historia que habla de muchas cosas, pero sobre todo del amor: «De las relaciones humanas en sí mismas; entre otras cosas, de los límites del amor, de cuando este es incondicional o se convierte en dependencia emocional», relata Taltavull.
Un montaje en el que más allá de la labor del director, el gran peso recae sobre la actriz protagonista. El papel encarnado por Sita Muñoz exige el reto de enfrentarse en solitario a 50 minutos sobre el escenario, dando la réplica al personaje oculto tras el teléfono.
Y todo en el marco de una escenografía «súper minimalista», con poco más que el aparato telefónico. Se probaron diferentes configuraciones pero todas fueron desapareciendo, «al final era llenar por llenar, y no hacía falta». Esa austeridad decorativa se compensa con una propuesta mucho más elaborada y pensada en el campo de la iluminación».
Reto artístico
Abordar un clásico conlleva un reto especial. «Eso siempre implica un reto y te hace acercarte al texto con mucho respeto después de que lo hayan trabajado personas muy importantes; pero son precisamente los riesgos los que hacen interesantes los proyectos», resume Taltavull, quien confiesa que cada vez se siente más cómodo en las labores de dirección.
«La voz humana» está a punto para su estreno y aunque aún no se ha movido el proyecto para buscar nuevas fechas, la intención es que la producción gire por otros escenarios de Menorca y Balears. «Hemos estado concentrados en el estreno, ahora lo que necesitamos es ver la reacción del público», reconoce el director. Lo que está claro es que por sus características, con poco decorado y un único protagonista, se trata de una producción «muy sencilla de mover», concluye.