Un actor, una actriz y un músico. Esos son los tres elementos artísticos sobre los que pivota en el escenario la obra «Hasta que la muerte nos separe».Estamos hablando de un texto escrito y dirigido por el dramaturgo Emilio del Valle, una historia que tras publicarse en «ADE Teatro» se estrenó en la sala madrileña Cuarta Pared, e impulsada por los premios al mejor espectáculo y mejor actor en el Festival Indifest, está de gira por toda España. Este sábado (20 horas) es el turno de subirse al escenario de la Sala Albert Camus.
Una pareja que se acaba de separar después de una larga convivencia en la que ambos han soñado terminar sus vidas junto al otro. Ese es el punto de partida de un texto, explica Del Valle, que «camina de la autoficción a la ficción... Parto de la experiencia propia y lo voy permeando con muchas otras cosas que conozco».
Un proyecto que nació en su día con la idea de trasladar el concepto de ensayo literario al mundo del teatro tomando como ejemplo los trabajos de la escritora canadiense Rachel Cusk, todo un referente para el responsable de «Hasta que la muerte nos separe». «Lo que quería era no desaprovechar una experiencia personal riquísima como la que tuve, sino utilizarla para generar reflexiones», explica el autor, que entiende el teatro, por encima de todo, como un espacio de reflexión, que a su juicio «debe inspirar todo texto teatral». Un proceso que, opina, no tiene que producirse cuando el espectador está en la butaca, sino que puede llegar a madurar más tarde. «Lo que tiene que hacer es disfrutar de la historia cuando se la cuentan, verla y emocionarse, para luego llevarla a un lugar más íntimo».
Del Valle reflexiona sobre la pareja «como un constructo social, cultural, económico y religioso» para llegar a la conclusión de que «la sociedad evoluciona, pero la idea occidental de familia, no». El de la economía es un tema que sale a colación en varias ocasiones en la conversación con el autor. «No sé si la economía es clave en el amor, lo que sí sé es que el amor es clave para la economía» sostiene el dramaturgo, quien sostiene que si «tú vas solo por la vida todo te cuesta mucho más». Pero yendo a la esencia del asunto, concluye que «el único sentido que debería tener la pareja es la felicidad de sus componentes» y que lo que hace que dos personas no se separen realmente son los hijos, «el cemento armado que hace que tengan que seguir hablando».
Sobre el escenario se encargan de encarnar a los personajes en su historia de pareja Cristina Gallego y Jorge Muñoz, un dúo que se complementa con un tercer elemento, el músico Nacho Vera, conocido por su proyecto Capitán Bazofia, que interactúa con los intérpretes a través de la palabra pero también con sus melodías.