El movido panorama artístico de la Isla continúa configurándose. El ‘boom’ de nuevas galerías se ha producido en Maó, pero este verano también ha habido novedades en la otra punta de la Isla, en Ciutadella. Allí abrió sus puertas el pasado mes de julio Command Gallery, un espacio alternativo que no responde estrictamente al concepto original de galería. Un proyecto efímero que se aloja temporalmente en la esquina entre la calle Barcelona y el Camí de Maó, en un edificio con mucha historia, ya que en su día albergó la primera gasolinera de la ciudad.
De la gestión de la sala se encarga Jeremie Tartour, francés de nacimiento, ligado desde siempre a la Isla, donde siempre ha veraneado con su familia, e instalado de forma permanente en Ciutadella hace 7 años. Lincenciado en Bellas Artes y Arquitectura, en Menorca se ha centrado en la segunda de las actividades, pero siempre con el mundo del arte muy presente.
El espacio en el que ahora organiza exposiciones pertenece a un edificio que en el mes de noviembre será derruido para levantar un nuevo proyecto. Pero precisamente la demora en la tramitación del mismo, con el beneplácito de los propietarios, le ha llevado a embarcarse en una nueva aventura. Por allí han pasado en las últimas semanas las propuestas de dos artistas franceses, Thomas Jarry y Maxime, y desde el viernes pasado el protagonista es el pintor menorquín Cristòfol Pons, que exhibe su muestra «Necessàriament ha de continuar sent una utopia».
Situada en el número 42 del Camí Maó, Command Gallery se encuentra alejada del circuito peatonal del casco antiguo, pero según explica su impulsor el objetivo es «dar otro aire a la zona y creo que lo hemos conseguido». Y de paso hacer lucir de una forma diferente a una esquina que en los últimos tiempos había sido un escaparate de distinta maquinaria.
El proyecto nace con espíritu efímero, pero ello no quita que en el futuro siga avanzando en su misma ubicación. Una de las posibilidades que están sobre la mesa es que pueda continuar abierto en el bajo comercial del nuevo edificio, pero tampoco se descarta que siga adelante en otra ubicación de Ciutadella.
Ahora está volcado en su faceta como arquitecto, pero durante muchos años Tartour ha estado trabajando en el mundo del arte, concretamente en género del street art en París y vinculado a proyectos como el Space Invaders. Avanza que antes de que el actual edificio sea historia, albergará todavía alguna exposición más que está por definir. Como clausura, se invitará a todas las firmas que han participado en la galería a realizar en ella una intervención artística.
La utopía de Cristòfol Pons
La actual muestra de Cristòfol Pons, que se podrá visitar hasta el 16 de este mes, es una nueva versión de la exposición que ya había exhibido en Palma, entonces titulada «Necesariamente tiene que ser una utopía». Un trabajo en el que, con su combativo y colorido estilo, reflexiona sobre los procesos revolucionarios como oposición al sistema imperante. Una línea de investigación en la que ha profundizado durante cuatro años y que con la muestra de Ciutadella, en la que se pueden ver siete obras, llegará a un fin de ciclo.