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Un encuentro con Camus para crear nuevos mundos a partir de la cultura

Sant Lluís acoge la segunda jornada de las Trobades y se cita con el pensamiento crítico

Una Sala Albert Camus repleta de público fue testigo de la segunda jornada de las Trobades, que abrieron la alcaldesa Loles Tronch y la directora del evento, Sandra Maunac | Foto: David Arquimbau

| Sant Lluís |

Las frases más significativas y cargadas de valor en la vida y obra de Albert Camus son siempre el punto de partida para los debates que desde 2017 se enmarcan dentro de las Trobades &Premis Mediterranis que llevan el nombre del autor de «El primer hombre». «Todo lo que degrada la cultura acorta los caminos que conducen a la servidumbre» es la cita que sirvió ayer en Sant Lluís para hablar de la cultura como espacio para inventar nuevos mundos, un encuentro en el que participaron la cineasta española Paula Ortiz, el fotógrafo egipcio Mohamed Mahdy y el artista visual Salman Nawati.

Paula Ortiz

La directora de películas como «La novia» o «La virgen roja» arrancó su intervención en las Trobades citando a Camus para responder a la pregunta de qué es la cultura, reformulando la respuesta como «ese esfuerzo desesperado de dar forma a nuestros sueños más clarividentes, buscar la plenitud    individual y colectiva». También recurrió a Montaigne por aquello que decía que en los momentos de derrumbe es cuando más necesario es el arte, «pero en épocas como la actual es cuando se desprestigia a la cultura, se banaliza y degrada», lamentó la directora y guionista.

Para Ortiz el arte está relacionado con un imperativo, «que es mirar donde no se quiere mirar. Tiene que mirar al abismo, donde no se puede girar la cabeza», y relacionando su intervención con el lema de los encuentros de este año, defendió su creencia de que jugar «es ensanchar tu existencia con unas lógicas que no estaban ahí.Es vivir esa capacidad de imaginar otros mundos».

Ortiz basa su arte en la búsqueda de «instantes de luz» y «esa chispa inexplicable que te produce una felicidad fugaz que tiene que ver con que todo siga» y que está relacionado con la visión vital a la que Camus hacía referencia cuando hablaba del «verano invencible».

Mohamed Mahdy, ganador del Premio Incipiens Albert Camus en 2024. | David Arquimbau

Mohamed Madhy

Galardonado el pasado año    con el Premio Albert Camus Incipiens, este fotógrafo ha trabajado desde siempre con conceptos como el hogar, el sentido de pertenencia y la memoria colectiva. Y es por ello, contó en las Trobades, que siempre empieza sus proyectos preguntándose «quién soy yo, cuál es mi perspectiva» para a continuación «cocrear con los protagonistas» de las imágenes que toma.

«Intento utilizar una técnica, un entorno, no solo soy un observador, quiero meterme en ese espacio como un niño que descubre un nuevo mundo», confesó el egipcio, quien considera que la fotografía «es un modo de construir, de tender puentes, es un testimonio muy poderoso». Y en ese sentido defiende la necesidad de que el arte cree «una identidad colectiva» porque «estamos acabando con las memorias individuales y de los pueblos». Madhy sostiene que a través «del arte y la cultura podemos hacer emerger esas historias, hace falta un cambio y eso se consigue con el arte, cuando nos juntamos con un propósito».

Salman Nawati

«Vengo de Gaza y soy superviviente de cinco guerras». Con esas palabras se ubicó en el mundo el artista palestino, quien siempre piensa «en la cultura como una herramienta de resistencia. Con el arte nos podemos enfrentar a las abusones, pero tenemos que ser inteligentes y hábiles».

El creador compartió con el publico su proyecto Sahab Museum, un museo sin muros físicos, utilizando tecnologías de realidad virtual para preservar y difundir la memoria artística, histórica y cultural de Gaza. Una iniciativa que con el paso del tiempo «se ha convertido en algo más que una idea colectiva».

«La gente cree que es libre, pero yo no percibo que haya libertad. Hemos de reencontrar el significado de libertad, de lo que somos como humanos. Siempre hay lugar para la esperanza si mantenemos ese niño en nuestro interior, si le damos vida y le dejamos jugar vamos a poder rediseñar nuestro futuro para que todos podamos converger», concluyó.

2 comentarios

Teniente Jose Luis Monterde Sgto. Pedro Marqués | Hace 7 meses

Camus, el maltratador de mujeres. La cultura debería revisar un poquito sus referentes y evitar entronizar a quienes no tienen un mínimo de talla moral por mucho talento que posean.

Viriato Viriato | Hace 7 meses

Extraído de un clarificador artículo publicado hace algún tiempo en ABC a propósito de ese argelino anarquista y anticristiano, llamado Albert Camus y su relación con Menorca:  "La visita de Camus a Baleares data del año 1935, cuando junto a su mujer Simone Hié —con quien se acababa de casar y de quien se divorciaría poco después—, viaja a Mallorca e Ibiza. Según datos reflejados en biografías y perfiles, Camus paseó por Valldemossa y Sóller, por el barrio de la Catedral de Palma y las iglesias de Santa Eulàlia y Sant Francesc. Su texto 'Amor a la vida', recogido en 'El revés y el derecho', tiene algunas referencias de ese viaje. El escritor, sin embargo, no visitó Menorca". Tanto cuento y tanta coba que algunos en esta isla le quieren dar a ese personaje, como si hubiese tenido una fuerte vinculación con nuestra isla, cuando lo cierto es que su único lazo -puramente circunstancial- con Menorca fue su abuela materna, natural de San Luis. Su inexistente amor y su nulo interés por nuestra isla, quedó patente cuando con ocasión de su único viaje a este archipiélago, se limitó a visitar Mallorca e Ibiza, pasando olímpicamente de poner un pie en Menorca, tal y como señala perfectamente ese aclaratorio artículo de ABC.

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