Decía Albert Camus que cada generación creía estar destinada a rehacer el mundo, pero que la suya se enfrentó a un reto mayor, evitar que se desmoronara. Una cuestión a la que trataron de aportar algo de lucidez dos figuras como el reconocido periodista francés Edwy Plenel y el caricaturista suizo Patrick Chappatte. Ellos fueron los encargados de abrir una nueva cita con el pensamiento crítico en el marco de unas jornadas que este año toman como lema «Juguemos para maravillarnos».
Edwy Plenel
El fundador del diario digital «Mediapart», un referente en periodismo de investigación y opinión, arrancó su intervención recordando, como en su día hizo el premio Nobel francés, que un hombre rebelde es aquel que dice ‘no’, y hoy día «tenemos mil razones para decirlo ante las catástrofes que están en curso», entre las que citó las guerras en Ucrania, Palestina y Sudán. Rememoró al respecto que el hombre que dice ‘no’ acaba encontrando un ‘sí’, un pensamiento propio de Camus en el que encuentra un atisbo de esperanza de cara al futuro.
Plenel hizo un llamamiento a favor del respeto y contra la ausencia de límites, el apoderamiento y el absolutismo del poder. Aseguró que en el «mundo de Trump, Putin o Netanyahu no hay límites, no hay reglas, solo hay una ley, la del más fuerte, la ley de sus propios deseos». Una situación, la actual, en la que el francés defendió la necesidad, más que nunca, del periodismo, que para él tiene «la responsabilidad de ayudarnos. En vez de lamentarse en su crisis, debe reconquistar la confianza del público».
Una profesión, recordó, que está en peligro hoy día, amenazada por la opacidad y «la dictadura de las opiniones» y recordó «la misión social y la responsabilidad democrática» de una actividad que no consiste en la expresión de esas opiniones, sino «en aportar informaciones que nos permitan ver claro». Alertó en Sant Lluís de que «un mundo condenado es aquel en que aparecen monstruos producidos por nuestra falta de vigilancia y por nuestras irresponsabilidades».
Y en esa misión contemporánea de tratar de evitar que el mundo se desmorone, el escritor considera fundamental de cara al futuro que «la tragedia no nos paralice, tiene que llevar a movilizarnos», para así poder construir «a través de la esperanza... Donde crece el peligro tiene que haber esperanza, no podemos quedarnos paralizados», insistió. Cerró su intervención tirando de optimismo: «Vamos a salvar el futuro porque no tenemos otra elección».
Patrick Chappatte
El caricaturista suizo se sirvió de la palabra, pero también de la imagen para defender su posicionamiento. Una de las proyecciones que exhibió en la Albert Camus fue una viñeta en la que un perro llevaba el periódico a la Donald Trump a la puerta de su casa, y el presidente le contestaba diciendo «ahora tráeme los periodistas».
Transcurrido cien días de su gobierno, el caricaturista se lamentó de lo que pueden traer los más de 1.300 que quedan por delante. «El bufón hace reír, pero cuando el rey está loco ya no nos reímos», dijo antes de alertar de que «los autócratas cuando llegan al poder luchan contra los humoristas y los periodistas».
Chappatte mantiene la firme opinión de que «las redacciones están intimidadas por las redes sociales, no tenemos madurez ante esa realidad» y considera que en muchos casos «no hay censura, porque la autocensura ya hace el trabajo sucio».
En lo que toca a su actividad profesional, trasladó al público de las Trobades su convicción de que la caricatura es una buena herramienta «para vivir juntos.El humor nos permite reír y amar a los demás, hacer sociedad». En ese sentido, defendió la necesidad de un periodismo independiente en un mundo en el que «la libertad de expresión está maltratada, hay que luchar contra la susceptibilidad exacerbada». Por último, concluyó que «hay que defender la sátira política, necesitamos de ella más que nunca».