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Descubren quién fue la autora de los tapices de El Toro

Una investigación de Silvia Carbonell, licenciada en Historia del Arte, saca a la luz la historia apasionante de una creadora desconocida

El Obispado le encarga el trabajo de confeccionar seis tapices para el santuario de El Toro

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¿Quién fue Catalina Narváez? Una mujer muy católica y implicada en la educación de las mujeres entre los siglos XIX y XX. Inteligente y tímida. Con una vida de aventura y desconocida. Fue admirada en una época en que la mujer era poco considerada y lo fue por las altas esferas. ¿Qué relación tiene con Menorca? De origen gaditano y residente un tiempo en Madrid, vivió 14 años en Menorca y es autora, entre otros, de los dos grandes tapices del Santuario de la Mare de Déu del Toro.

Hasta ahora era una artista desconocida en la Isla. Gracias a la investigación de Silvia Carbonell, licenciada en Historia del Arte y experta en arte textil, que veranea en Fornells desde pequeña, la hemos descubierto. Carbonell ha ofrecido una conferencia en el Ateneu de Maó.

Los tapices están firmados | Katerina Pu

Los tapices del Toro llevan las fechas de 1923 y 1928 y están firmados. No son bordados. Son pintados. Catalina Narváez era muy buena pintora. Buceando en documentos y hablando con familiares, algunos residentes en Menorca, ha reconstruido su historia y ha redescubierto su obra. Fue nuera suya la folclorista catalana Adelaida Ferré Gomis.

Un primer dato es la exposición regional de Cádiz de 1879 a la que presenta un óleo con el título «El traje de una novia». Su marido era militar y pasa seis años en Tenerife donde abre un colegio «para señoritas». Toda su vida tuvo el objetivo de mejorar el nivel cultural e intelectual de las niñas. Allí elaboraba un tapiz para la exposición universal de Chicago del 93. Entre 1892 al 1898 viven en Madrid.

Catalina Narváez.

Protegida de la reina

La reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena conoce el trabajo de Catalina en la Exposición Europea. Le llama la atención. Expone «La rendición de Granada», un tapiz de gran tamaño, una obra inacabada que en Madrid consiguió la medalla de oro, con una gran repercusión a nivel nacional. En mayo de 1893 la reina regente la recibió en audiencia privada. Narváez podría haber sido profesora de bordado de la reina. Era su protegida. En Madrid, es profesora del colegio aristocrático de las Ursulinas, mantiene correspondencia con la Casa Real y con Pedro de Madrazo presidente de la Real Academia de las Artes que la invita a exponer su famoso bordado, un tapiz que no se ha localizado.

Se va a Barcelona en 1902. Su hijo Jorge se escapó del Escorial y la vergüenza hizo que se fueran a Barcelona y escribe artículos en la prensa catalana, como «La Vanguardia» sobre la educación de la mujer del siglo XX.

Sílvia Carbonell, durante su conferencia en el Ateneu de Maó.

Sus obras menorquinas

En agosto de 1903 veranea en Es Castell. Ya es viuda. Escribe varios artículos. Uno de ellos sobre una excursión que salió de Es Castell a las 3 de la madrugada en «un coche de robustas mulas», para subir al Toro y comer en Can Burdó de Fornells.

En noviembre de 1909 se establece en Menorca en la calle de Gracia 49 donde abre una nueva escuela. Aparece constantemente en la prensa de la época. Obras al óleo, bordados, tapices almohadones, encargos de familias de Maó. Alguna para la ermita de la Virgen de Gràcia. Traía las telas de París. Sus trabajos, en algunos mostradores de la época. Elabora la bandera de los exploradores de Maó. La Infanta Isabel la recibe en audiencia privada cuando visita la Isla en 1913. Hay relación con el Ateneu, a partir de 1910. Participa con textos en las veladas literarias, que leen Lorenzo Lafuente, entre otros.

Según los datos recopilados por Sílvia Carbonell, en 1911 presenta una obra al óleo y obtiene la medalla de bronce de la Exposición de Bellas Artes del Ateneu, «El sueño de las mujeres» que se corresponde con «El traje de una novia» de Cádiz. En 1919 elabora el manto de la Virgen de la Soledad que encarga Francisca Martorell Escudero, bordado con hilo de oro, y que el Viernes Santo sale en procesión. Además de los tapices del Santuario del Toro, también se encuentra allí una casulla del obispo Torres.

Después de 14 años en Menorca se despide en una carta abierta, en 1923. Su hijo Rafael era farmacéutico. Se había casado con Adelaida Ferré, que había sido la mejor alumna de Catalina en Barcelona. Se prometen por carta en 1918. Ella tenía su vida montada en Catalunya y en 1922 ya se habían ido de la Isla.

Todavía quedan detalles sobre Catalina Narváez por conocer.

2 comentarios

manu menorca manu menorca | Hace 6 meses

... la primera frase ya lo resume todo... era una mujer "muy cattólica", como si eso fuese un mérito, un hecho diferencial... pues no... las cualidades que tenía como persona las tenía por ser ella, y su innegable mérito artístico igual... hay fans religiosos que por sus creencias hacen grandes cosas, pero también grandes artistas que no creen que son contratados por la secta para decorar sus circunstancias, no me ha quedado claro si la autora era de uno u otro... en todo caso, una esclava de su tiempo, cuando la religión lo condicionaba todo, era opresiva y omnipresente...

user Cafè | Hace 6 meses

En Gabriel Julià, al seu llibre "Noms propis (en femení, plural)" publicat el desembre de 2024 en fa referència a aquesta Catalina Narváez, és un des noms femenins que ressenya.

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