Anoche, con la tradicional pegada de carteles, arrancó la campaña electoral para los próximos comicios autonómicos y municipales del 24 de mayo. Quedan solo 16 días para que se celebren unas elecciones que son acogidas con incertidumbre y muchas incógnitas. Entre ellas está la duda de si el bipartidismo aguantará el tipo o si en cambio PP y PSOE se enfrentarán a un batacazo similar al de las elecciones europeas del año pasado, cuando en Menorca ambos partidos apenas sumaron el 52 por ciento de los votos, por el 75 por ciento que lograron en los comicios del Consell en 2011 y el 83 por ciento que alcanzaron en las elecciones al Parlamento Europeo de 2009.
Se da por seguro que los dos grandes partidos cederán parte del terreno a favor de fuerzas nuevas como Podemos y Ciudadanos. La duda estriba en qué proporción y si será suficiente para poner en entredicho el sistema bipartidista. En Menorca, según los sondeos, parece que no. El partido de Pablo Iglesias no acaba de despegar (al menos a la misma velocidad que lo ha hecho en el resto de España) y se presenta un Ciudadanos de Menorca, que no es el de Albert Rivera, pero se le parece mucho. Además hay otras formaciones en liza que también piden paso en este nuevo panorama político, como Més per Menorca, Esquerra Unida y Proposta per les Illes.
Sea cual sea el resultado, una cosa parece clara, según reflejan todas las encuestas: habrá una mayor fragmentación política, con la presencia en el Consell de al menos cuatro o cinco partidos políticos, por los tres que hay en la actualidad.
Y aquí es cuando se abre otra de las incógnitas con más trascendencia: ¿Será capaz el PP de revalidar las cinco mayorías absolutas que obtuvo en 2011 en Menorca? Difícil lo tiene. Y precisamente por eso mira de reojo a Ciudadanos, consciente que por un lado es un partido que le quita votos y por el otro le puede dar la llave de gobernabilidad de más de una institución.
En definitiva, al PP le está pasando lo que le ha sucedido históricamente al PSOE de Menorca con el PSM (ahora transformado en Més per Menorca) y en menor medida con EM. La diferencia de que a los socialistas (que tampoco pasan por su mejor momento) les ha salido un nuevo competidor (y a la vez posible aliado) que se llama Podemos. Sea como sea, parece que el nuevo panorama político que surja de las urnas del 24-M invitará más a la búsqueda de pactos y acuerdos que en la presente legislatura.
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