Joan Perchés, responsable del mantenimiento del reloj del Ayuntamiento de Maó, ya ni se acuerda de la última vez que tomó las uvas en familia. El tercero de una saga familiar de relojeros, que heredó el puesto, tenía previsto este año delegar la supervisión de las tradicionales campanadas de fin de año en su hijo, pero finalmente se ocupará, una vez más, él mismo. Así, se encargará hoy de comprobar que todo esté en orden para recibir el nuevo año, aunque la labor de mantenimiento la realiza «semana a semana», confiesa, cuando se encarga de dar cuerda a la maquinaria.
El de Maó es, según cuenta Perchés, uno de los relojes más antiguos de España, con cerca de 300 años de historia a sus espaldas, y más solera incluso que el de la Puerta del Sol, un dato «poco conocido entre los menorquines», apunta. El relojero mantuvo ayer una reunión con los responsables del Ayuntamiento para ultimar algunos detalles, entre ellos la sincronización de las manecillas del mecanismo con el sonido de las campanas de la Iglesia de Santa Maria, tal y como se viene haciendo en los últimos años.
Y es que aunque inicialmente se había previsto que se pudiera dar la bienvenida al año con la nueva campana del Ayuntamiento, totalmente reparada, ésta finalmente no podrá repicar al estar pendiente la torre de un soporte metálico que pueda sostenerla, según informaron ayer desde el departamento de comunicación del Consistorio.
Por su parte, los mecanismos del veterano reloj se mantienen en unas condiciones muy buenas, después de que durante el mes de noviembre se desmontara por completo para ser revisado. Así lo confirma Perchés, quien dice que se trata de un instrumento que conoce muy bien: «Después de tantos años es casi como de la familia», concluye.