Clásico, breve para lo que estábamos acostumbrados hace unos cuantos años, pero intenso y espectacular. Unos fuegos artificiales muy habituales en la época actual, según los define el pirotécnico Juan Miguel Lluch, quien desde hace cinco años se ocupa de poner el color al final de fiesta el día de Sant Joanet.
«Es un estilo más valenciano», afirma el experto, quien no pasa por alto que ahora, por cuestiones presupuestarias y por las limitaciones impuestas desde que entró en funcionamiento el puerto de Son Blanc, el espectáculo tiende a ser cada vez más corto. El de ayer noche en la bahía de Ciutadella apenas llegó a los 15 minutos de duración, algo que poco pareció importar al numeroso público que se desplazó hasta el Paseo Marítimo para decir adiós a sus fiestas.
En lo que se refiere al espectáculo, pocas novedades.