El Ayuntamiento convocará en los próximos días la Junta de Seguridad para evaluar estas fiestas de Gràcia, haciendo balance de su desarrollo, para mejorar los protocolos y garantizar al máximo la seguridad.
Esta reunión no será extraordinaria, se celebra siempre tras las fiestas, y en esta ocasión, como avanzaba ayer la alcaldesa de Maó, Conxa Juanola, se abordarán cuestiones como el número de caballos que pueden participar en la qualcada, pues condiciona los ritmos y el alargamiento excesivo de los actos; el crecimiento de visitantes, que influye en los protocolos de seguridad; o incluso la preparación tanto de caballos como de jinetes para poder participar en las fiestas, pues es vital para evitar incidencias.
Juanola considera que «es positivo que haya tanta demanda por participar en las fiestas, significa que están vivas». Un fenómeno, éste, que «está pasando en todos los pueblos», añadió, a la vez que señaló que «habrá que valorar si limitar la participación, la Junta de Caixers lo analizará».
Sobre la posibilidad de seguir los pasos de las fiestas de Sant Joan para la confección de un plan de autoprotección, la primera edil recuerda que «por volumen de visitantes no estamos obligados, pero si hay que hacerlo para ganar en seguridad, se hará, igual que en Ciutadella». Y es que, cabe recordar, por ley se obliga a disponer de un plan de autoprotección en los actos con más de 20.000 personas, como en los Jocs des Pla y el Caragol des Born.
Por otro lado, el edil de Fiestas y caixer batle, Héctor Pons, desmiente las críticas sobre que la excesiva duración de la samba. «No es cierto, duró 25 minutos y lo cortamos, teníamos que ir a Ses Corregudes». Y sobre por qué no se suspendió ésta tras el accidente, apunta que «todo era muy confuso, no sabíamos lo sucedido y la samba solo empezó con la autorización de la policía al tener la situación controlada».