Desde la Casa Real admiten que el hecho es totalmente inusual. El empresario ciutadellenc Juan Ignacio Balada Llabrés, fallecido el pasado 18 de noviembre, ha legado toda su fortuna a la Casa Real. Un legado cuyo valor exacto aún no se conoce, pero que fuentes bien informadas estiman en unos 30 millones de euros. Balada, empresario e inversor, heredó una gran fortuna de sus padres. Hijo único, fue soltero toda su vida y no dejó descendencia, por lo que la identidad de sus herederos era todo un misterio en Ciutadella.
Ahora se ha conocido que el legado de Balada irá a parar a la Casa Real, aunque dividido en dos partes. Por una parte, la mitad de la herencia se dirige directamente a los Príncipes de Asturias, don Felipe de Borbón y doña Letizia, y también a sus hijas y sobrinos. Así, esta mitad del legado de Balada tiene como destinatarios a diez personas: don Felipe, doña Letizia, sus hijas Leonor y Sofía, y sus sobrinos Felipe, Victoria, Juan, Pablo, Miguel e Irene. El hecho de que estas ocho últimas personas sean menores complica la resolución de la herencia, puesto que la Casa Real aún no ha decidido si la acepta o no ni cómo la gestiona en caso de aceptarla. Fuentes del Palacio de la Zarzuela aseguran que aún no han recibido la documentación oficial de la herencia, y que en cuanto esto pase llegará el momento de estudiar el tema.
Juan Ignacio Balada Llabrés ha querido que la otra mitad de la herencia sirva para que el Príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón, cree una fundación con la misión de defender el interés general. No obstante, los detalles de esta entidad no se conocerán hasta que el albacea, administrador actual de la herencia de Balada, remita la documentación a la Casa Real.
NO HAN RENUNCIADO
Ayer por la tarde se extendió por Ciutadella el rumor de que la Casa Real había renunciado a la herencia de Juan Ignacio Balada Llabrés. Este extremo fue rotundamente desmentido por la Casa Real, que avisa que un proceso de estas características puede ser complicado y de larga duración. La existencia de menores entre los herederos, así como el desconocimiento -a día de ayer- del detalle de los bienes heredados recomendaban un estudio calmado de la situación. Así, las mismas fuentes explican que podría ser que entre los bienes heredados hubiera algunos que no fueran divisibles (por ejemplo inmuebles), y esto complicaría la división de la herencia, en el caso de que fuera aceptada.
En caso de que la Casa Real renunciara a la herencia, varias fuentes apuntan a que el empresario ciutadellenc habría dispuesto que su fortuna fuera legada al estado de Israel. Esta decisión se justificaría por las creencias masónicas de Juan Ignacio Balada Llabrés, dado que para los seguidores de esta creencia, el Templo de Salomón, ubicado en Israel, goza de una gran importancia simbólica para los seguidores de la masonería.