Los ponentes del IV Foro de Progreso de UPyD, celebrado ayer en el hotel Capri ante más de medio centenar de personas, constataron la necesidad de que los menorquines adopten una actitud positiva hacia el turismo como principal actividad económica. Además, coincidieron en la necesidad de disponer de un liderazgo para afrontar los retos del futuro.
Aurora Herráiz, consejera del grupo Editorial Menorca, aseguró que al llegar a la Isla en los años 80 se encontró con un lugar mágico y tremendamente atractivo, poseedor de suficientes recursos, aunque no se sabía explotarlo adecuadamente. Subrayó la necesidad de contemplar la Isla con una mentalidad constructiva y constató el altruismo de la gente después de su pertenencia a Caritas. Herráiz aseguró que los menorquines deberían romper con muchos prejuicios y generar nuevas ideas para avanzar en el futuro, con el fin de superar una época marcada por la pérdida del tejido industrial. En este sentido, recordó la celebración el pasado verano del Foro Menorca en la Illa del Rei, auspiciado por "Es Diari" y el Ateneu de Maó, que constató la necesidad de superar la actual apatía.
El oftalmólogo y escritor Pedro J. Bosch reconoció que los menorquines habían caído en el pecado antiturístico, debido a los efectos de esta actividad económica en Mallorca, Eivissa y el Levante español, para pasar a una conciencia resignada de defensa del turismo como algo imprescindible, tras la pérdida de una economía basada en la armonía de los diferentes sectores. Bosch se refirió a la actual crisis económica, acompañada de otra crisis de la cultura que se confunde con el entretenimiento, además del descrédito de la política que ha cambiado el diálogo por las trincheras partidistas. También lamentó la pérdida de la tradicional seguridad ciudadana en la Isla, el traslado de iniciativas económicas como SEBIME y el escaso interés institucional hacia inversiones que quieren realizarse en la Isla. Bosch apostó por un futuro basado en el turismo y el impulso de la marca Menorca a partir de iniciativas como el Camí de Cavalls, la riqueza arqueológica y el patrimonio del siglo XVIII, entre otras.
El escritor Tomeu Gili expresó sus dudas por el futuro del turismo en la Isla, tras constatar que la mitad de los menorquines se oponen a la actividad turística. Aseguró que las dominaciones extranjeras del siglo XVIII, la Guerra Civil y factores meteorológicos, en referencia al suicidio, habían determinado la personalidad de los menorquines. No obstante, reconoció que la globalización había cambiado la manera de ser de las generaciones más jóvenes, que en un futuro inmediato deberán responsabilizarse del futuro de la Isla.
El general y presidente de la Associació Amics de l'Illa de l'Hospital, Luis Alejandre, abogó por ilusionar a la sociedad menorquina y convencer de la necesidad de apostar por el turismo. Recordó que en el Foro Menorca se afirmó que la Isla ostentaba el índice más elevado de fracaso escolar, por lo que apostó por la formación, la capacidad de hacer bien las cosas y el valor de la excelencia en el trabajo. Alejandre defendió crear una mayor inquietud cultural y expresó su preocupación por la falta de sensibilidad hacia inversiones foráneas. Además, constató la necesidad de estar abiertos a la innovación de ideas que puedan impulsar a la sociedad menorquina.