Ya no parece haber vuelta atrás. Cuatro de las casetas del núcleo de hortales de Tirassec, en Ferreries, tendrán que demolerse. Esta es una de las conclusiones que se pueden sacar de la visita de un ingeniero de minas del Govern balear a la zona. De hecho, este técnico, dependiente de la conselleria de Industria, no será quien realice el estudio final, sino que esta función será responsabilidad seguramente de la conselleria de Medio Ambiente, concretamente de la Dirección General de Recursos Hídricos.
Sea como sea, la visita a la zona del ingeniero, acompañado del alcalde Josep Carreres, el arquitecto municipal y algunos de los propietarios, permitió comprobar de nuevo el estado de una zona cuya tierra se ha hundido y que ofrece un futuro muy incierto. De hecho, al observar la complejidad de la situación, el propio ingeniero de minas aconsejó que el caso se pusiera en manos de geólogos expertos, que puedan realizar un estudio en profundidad para determinar si la tierra sigue moviéndose en Tirassec o si ya ha parado. Lo que no se sabe aún es quién se hará cargo de este estudio, puesto que el alcalde aseguró que "o bien podrían tener que asumirlo los propietarios de la zona, o quizás la conselleria de Medio Ambiente se planteará hacerlo ellos mismos".
Este estudio será el que marcará el futuro de la zona. De sus conclusiones dependerá la ordenación urbanística. En este sentido, Carreres simplemente apuntó que "si el estudio dice que esta zona es peligrosa, seguramente deberemos hacer una reflexión en materia urbanística". No obstante, la última palabra en esta cuestión la tendrá la conselleria de Ordenación del Territorio del Consell, que también espera el estudio para decidir.
La complicada tesitura de unos propietarios preocupados
Los propietarios de los hortales de Tirassec viven con incertidumbre y preocupación los estudios sobre Tirassec. Su principal preocupación es no saber cuándo se va a tomar una decisión sobre la zona. Algunas de sus casetas están totalmente inservibles, apuntaladas para que no se vengan abajo. Alguno de sus propietarios querría demolerla ya, pero hay que esperar a los estudios. Incluso alguno de ellos explica que paga sus impuestos cada año como si la construcción fuera finca urbana, y eso le aporta aún más dudas sobre el futuro de las construcciones.
De momento, tienen la recomendación del Ayuntamiento de no acudir a sus hortales, si bien el Consistorio entiende que de vez en cuando acudan para alimentar a sus animales o hacer una visita a sus posesiones, ahora en riesgo porque un día la tierra de Tirassec decidió hundirse, 35 años después de que se fundara el núcleo de hortales.