Autoficha
Me llamo Mónica González Bilbao y tengo 36 años. Nací en Madrid pero vivo en Maó desde hace cuatro años. Llevo practicando yoga desde hace 15 años y me dedico a su enseñanza. Mis aficiones son todo lo relacionado con la naturaleza y el conocimiento del ser humano, como la antropología o la filosofía, también me gusta mucho la lectura.
¿Cuándo llegó a la Isla y por qué motivo?
Fue hace cuatro años. Tengo una hija de siete años y buscaba una calidad de vida que en Madrid no encontraba. Estoy enamorada de Menorca, aquí es posible llevar otro ritmo.
Antes de llegar a Menorca, ¿ya se dedicaba a la práctica del yoga?
Sí, empecé a practicarlo hace 15 años y desde hace 11 soy profesora. El yoga siempre me ha acompañado, tanto en los buenos como en los malos momentos.
¿Qué perfil de alumno acude a las clases?
Creo que es importante ver qué necesidades tiene el alumno y adaptar el yoga a su capacidad y posibilidades, en función de si hay algún tipo de dolencia o trastornos de ansiedad o insomnio, entre otros. Depende de cada persona y de cada momento de su vida. A las clases vienen desde personas de 70 años a mujeres embarazadas, padres con hijos o con bebés. Creo que es una buena actividad para que las familias compartan y jueguen. Es también importante poder dar la clase personalizada para corregir las posturas.
¿Qué beneficios aporta el yoga?
Muchos. Ayuda a relajarse y a conseguir una buena educación postural. Nos ayuda a conocer nuestro cuerpo, emociones y límites. Si somos capaces de conocernos mejor, podremos relacionarnos de manera óptima con los demás. Las técnicas de respiración ayudan a calmar la mente, por lo que se consigue un bienestar general, así nos sentiremos más receptivos y positivos. A nivel físico, mejoramos la flexibilidad, tonifica los músculos y fortalece la espalda. Es bueno para personas con problemas circulatorios y cardiovasculares ya que nivela la tensión arterial y equilibra las pulsaciones. El yoga es excelente para todos, ayuda a adquirir conciencia de uno mismo, no se sabe el alcance que puede tener.
¿Cómo se plantéa su futuro? ¿Le gustaría quedarse en Menorca?
Sí, además siempre me estoy formando. Me encantaría poder llevar el yoga al campo educativo. Hay países que ya aplican métodos del yoga en las aulas y se ha demostrado que baja los niveles de violencia y ayuda a la concentración. Creo que la enseñanza está cien por cien enfocada al aspecto académico cuando también debería llevarse a cabo educación social y emocional. Las nuevas generaciones deben ser capaces de reflexionar y tomar decisiones de manera relajada.