Dos de cada diez habitantes de Maó son de origen extranjero según se desprende del padrón municipal. De las 30.411 personas empadronadas en 2009, 5.648 eran de procedencia foránea, lo que representa un 18,6 por ciento de la población.
El año pasado se produjeron 350 altas de procedencia extranjera y 79 bajas.
Estas cifras que el Ayuntamiento hizo públicas ayer con motivo de la celebración del Día Internacional contra el Racismo constatan que Maó cuenta con una proporción de ciudadanos de procedencia extracomunitaria muy superior a la del resto de la Isla, Balears o España que tienden a una distribución mucho más equilibrada entre la población de procedencia europea y la no europea. Es así como las personas de origen no comunitario representan el 75,6 por ciento del total de extranjeros mientras que las de origen comunitario representan el 24, 2 por ciento.
Según destacó ayer el concejal de Políticas de Igualdad, Josep Buñuel, una de las sorpresas ha sido la pérdida de ciudadanos procedentes de Europa y África sobre el total de población mientras que los americanos han aumentado pasando de representar el 12,6 por ciento del total de personas inmigrantes en el 2000 a ser más del 50 por ciento en 2008. Asimismo, los principales países de donde provienen estas personas son Ecuador y Marruecos, que suman más del 30 por ciento del total de población extranjera, y a los que les siguen Bolivia y Reino Unido.
Respecto a los residentes de origen comunitario, ha sufrido un importante descenso el grupo de los habitantes de origen británico. En el 2002 representaba el 20 por ciento del total de inmigrantes mientras que en 2009 supone solamente el diez por ciento.
Buñuel indicó que estos datos han servido para elaborar el Plan Municipal de Convivencia e Integración "un documento dirigido a mejorar el clima de convivencia entre las personas". El concejal de Políticas de Igualdad apuntó que el perfil de este Plan es el de "garantizar la igualdad de oportunidades a todas las personas, mejorar los procesos de acogida de los recién llegados y fomentar los valores de respeto y tolerancia para generar confianza entre todos los ciudadanos". Añadió que este proyecto no solamente hace una radiografía numérica sino que a su vez plantea propuestas, incluye desde actuaciones de acogida hasta herramientas de formación, ocupación, vivienda, educación y salud, entre otros. Este Plan parte del concepto de integración como proceso bidireccional por el que el esfuerzo por conseguir la integración de los ciudadanos depende de todos los colectivos existentes en la sociedad. Buñuel aseguró que "Maó cuenta con un clima de convivencia pacífico" además de poder presumir de "buenas políticas de igualdad". Es gracias a ello que la UNESCO aceptó la solicitud de Maó para adherirse a la Coalición Europea de Ciudades Contra el Racismo".