El historiador y representante de la UNESCO, Ángel Morillas, dejó ayer Menorca después de tres días de intenso trabajo visitando los principales enclaves de la cultura talayótica en la Isla. El veredicto de Morillas tras esta inmersión es que "Menorca tiene capacidad para optar al reconocimiento de patrimonio de la humanidad por la UNESCO". El siguiente paso es, según Morillas, "seleccionar los monumentos que pueden conservarse mejor, teniendo en cuenta también su ubicación, para que no se concentren todos en una misma zona".
"A la hora de hacer la selección hay que valorar la posibilidad de que los restos alberguen también centros de atención al visitante y centros de interpretación de la cultura talayótica", afirmó.
Morillas apuntó que "lo que ganaría Menorca no es solamente la máxima categoría que puede obtener un lugar declarado patrimonial, sino que con ello se puede aumentar el turismo hasta en un 40 por ciento. Y no un turismo cualquiera -agregó- sino de calidad".
Margarita Orfila, jefa de la sección de historia y arqueología de l'Institut Menorquí d'Estudis (IME), estuvo presente durante la visita que realizó ayer Morillas al poblado de Talatí de Dalt.
Orfila explicó que fue el IME quien empezó el proceso hace un año para impulsar la conservación del patrimonio megalítico de Menorca con el fin de obtener el reconocimiento de la UNESCO.
"Tenemos restos tan únicos que vale la pena intentarlo. Si no lo conseguimos, habrá valido la pena intentarlo por todas las mejoras que se habrán llevado a cabo", explicó Orfila.
Sin embargo, el camino que se tiene que recorrer es largo. El plazo que se han marcado, tanto el IME como el Consell para terminar con "la puesta a punto" de los monumentos es de diez años.
La fase de selección es, a criterio de Orfila, la más importante, "ya que tenemos más de 700 construcciones de época talayótica en la Isla, y hay que escoger cuáles son más adecuadas para su puesta a punto, teniendo en cuenta factores como su accesibilidad, o la capacidad de albergar infraestructuras necesarias para ofrecer información a los visitantes".
La remodelación, explicó la arqueóloga, también servirá para "dar a conocer a los propios menorquines su patrimonio. No le damos suficiente valor, y dentro del proceso de adecuación a las exigencias de este organismo también es importante la implicación de la ciudadanía", sentenció.
El conseller de Educación y Cultura, Joan Lluís Torres, también presente durante el recorrido, insistió de la misma forma en los beneficios que supondría para Menorca este reconocimiento: "ser patrimonio de la humanidad no sólo significaría que estaríamos en el punto de mira mundial, sino que nos obligaría a mantener un nivel de exigencia de calidad muy alto, tanto a nivel cultural, como turístico".