Científicos del Departamento de Biología de la Universitat de les Illes Balears darán a conocer en el número de abril de la prestigiosa revista científica "Ocean discovery" lo que podría ser el resultado de la incidencia de los elementos contaminantes de los lodos extraídos del puerto de Maó en el ecosistema. Se trata de una mutación de un calamar común, extraída hace unas semanas por un pescador mahonés, cuyo nombre no ha trascendido ya que prefiere permanecer en el anonimato.
El calamar presenta un color algo más verdoso que el blanco habitual, con lunares rojillos y ojos encendidos, es más estilizado y tiene dos tentáculos menos de lo habitual. Sus dimensiones son también algo superiores a lo convencional. No obstante, lo que realmente ha sorprendido a la comunidad científica es que sus constantes vitales no han sufrido alteración alguna a pesar de llevar ya algunas semanas fuera del agua. Por tanto, se trataría del primer cefalópodo anfibio hallado en el Mediterráneo.
El descubrimiento ha sido puesto en conocimiento de científicos de la pretigiosa Universidad de Stanford, cuyo Departamento de Biología es el más avanzado del mundo en especies extrañas. De hecho, cuenta con un Premio Nobel de las Ciencias a raíz del hallazgo del musculus antropomorfus, un mejillón con capacidad para desalar al agua.
Los primeros análisis realizados han localizado en el interior del sistema digestivo del calamar elementos contaminantes coincidentes con los detectados en los lodos extraídos recientemente en el puerto de Maó. El ejemplar ha sido bautizado por los especialistas de la UIB con el nombre científico de loligo maonesis (de momento sin hache, a la espera de que se resuelva la queja al respecto presentada por un colectivo de la ciudad) aunque coloquialmente ya se le llama "calamardo".
El informe completo de las pesquisas realizadas se dará a conocer en rueda de prensa la próxima semana, con presencia de las máximas autoridades científicas insulares y baleares.
Controversia
Desde el GOB se ha señalado que "calamardo" demuestra claramente la validez de los argumentos presentados en su día para oponerse al vertido de los lodos extraídos del puerto en el medio natural. "Hoy ha sido un calamar, mañana puede ser un rape y pasado una dorada", explica la entidad ecologista en un comunicado. El GOB alerta de la posibilidad de que se trate de una especie depredadora que pueda acabar con los calamares comunes y altere la cadena trófica del sistema.
Por otro lado, Autoridad Portuaria de Balears se ha negado a entrar al detalle hasta conocer el contenido del informe, aunque insiste en que los lodos extraídos del puerto de Maó están limpios. "Para demostrarlo, no descartamos que el presidente del ente, Francesc Triay, se bañe en la zona donde ha sido encontrado el bicho, como hizo Fraga en Palomares", han comentado fuentes del ente portuario.
Desde el Ayuntamiento de Maó, se han mostrado sorprendidos por la noticia y anuncian la creación de una comisión cuyas conclusiones serán incorporadas al nuevo Plan General de Ordenación Urbana, por lo que la aprobación definitiva del documento podría retrasarse unos meses más. El Consell asegura que toda decisión al respecto estará vinculada al plan insular de costas, a su vez vinculado al de Emergencias y éste al de Carreteras.
Posible solución: posidonia
Otros casos de animales hallados como mutación causada por elementos radiactivos (la rana peluda de Ucrania, el pulpo sin tentáculos de Sudáfrica, la esponja con púas de Argentina o el pato albino de Madagascar) han demostrado que la aplicación masiva de determinadas plantas marinas en el entorno de los animales favorece por vía alimentaria la regeneración de sus células y, por tanto, su reconversión en un par de generaciones en animales vulgares como el que los originaron.
Por este motivo, el Instituto Jaques Costeau ha recomendado ya al Consell que recupere la posidonia que se ha retirado de las playas de la Isla con motivo de la inminencia de la temporada turística para verterla de inmediato (los trabajos comenzaron ayer por la tarde) en el puerto y en la zona en la que se ha encontrado el calamar mutado. El adjunto al director insular de Especies Marinas ya se ha puesto en contacto con el instituto galo para controlar las tareas de vertido de la posidonia en el mar.