Con el disgusto de haber pasado parte de su aventura en la Isla metidos en un barco por culpa del anuncio de "rissaga" del sábado, el grupo de moteros llegados desde Mallorca pudo disfrutar plenamente del esplendor primaveral de Menorca durante su segundo día de viaje. El ronco sonido de las Harley Davidson y el peculiar atuendo de sus pilotos no pasaron ayer desapercibidos por las carreteras de la Isla en serpenteante fila de a dos.
La primera parada del grupo fue en la cima de El Toro, donde muchos aficionados a las motos esperaban impacientes por segundo día consecutivo la llegada de las Harleys. Poco después, los moteros se dirigieron a Plaça des Born de Ciutadella, donde les aguardaba un aperitivo y, al igual que en Es Mercadal, un público ávido de nuevas sensaciones. Apenas hubo tiempo para mucho más. El grupo embarcó pasadas las 20 horas rumbo a Mallorca.