La empresa pública del Ayuntamiento de Maó, Promociones Urbanísticas (PUM) será a partir de ahora la única entidad encargada de gestionar las cuatro fases del polígono industrial de la localidad que abarca unos dos millones de metros cuadrados de suelo y acoge cerca de 450 empresas. Además, a principios de julio comenzará a trabajar la nueva contrata que se encargará de su mantenimiento, limpieza y conservación. El pleno municipal de este jueves aprobará ambas medidas según comunicó ayer el alcalde Vicenç Tur a los representantes empresariales de cada una de las fases de POIMA en una reunión mantenida a primera hora de la mañana. La decisión se toma a penas unos meses después de que el Ayuntamiento de Maó -en respuesta a una vieja demanda empresarial-, haya culminado la recepción de POIMA, cuya primera y segunda fase data de los años 70, la tercera fue gestada en la década de los 90 y la cuarta se construyó hace dos años.
Con esta decisión, el equipo de gobierno acepta la mayoría de las alegaciones presentadas por las asociaciones empresariales de cada una de las fases y del Partido Popular al proyecto de municipalización de los servicios y reurbanización del polígono, que abogaban por la fusión de la sociedad pública POIMA IV fase con la otra empresa municipal PUM. Para el alcalde de Maó, Vicenç Tur, el proceso de unificación de ambas sociedades ahora iniciado permitirá al Ayuntamiento "ganar en eficacia y reducir costes" en la estructura de empresa municipal.
Además, según recalcó ayer el regidor, el proyecto de reurbanización de la primera fase se hará con fondos públicos y ningún empresario deberá pagar de su bolsillo la mejora de servicios, canalizaciones, saneamientos y aceras, entre otras actuaciones previstas en el plan de municipalización. En un principio, dicho plan dejaba una puerta abierta a una posible participación económica de los empresarios, propuesta que chocó con la férrea oposición de algunas asociaciones empresariales. No obstante, la voluntad del equipo de gobierno siempre ha sido buscar los fondos necesarios en otras administraciones, pero al mismo tiempo advierte que los propietarios obtienen un rédito económico y empresarial por estar en el polígono y por eso su participación sería necesaria en el caso de que los fondos públicos no fuesen suficientes para acometer las obras que demanda una zona en la que en los últimos 40 años no se han mejorado las infraestructuras. La primera y segunda fase de POIMA representa prácticamente el 60 por ciento del suelo industrial de Maó y según Tur, cualquier obra de mejora en esta zona se consensuará antes con el empresariado.