La diócesis de Menorca cuenta desde ayer con los dos primeros laicos que han recibido, de manos del obispo Salvador Giménez Valls, la ordenación como diáconos permanentes. Con esta iniciativa, la Iglesia de Menorca quiere promover e impulsar la participación de los laicos en los actos litúrgicos y paliar la falta de vocaciones sacerdotales.
Los dos diáconos son Joan Mercadal y Vicent Llabrés, ambos nacidos en Maó el 1959. Mercadal Victory, funcionario del Ministerio de Medio Ambiente, está casado con Isabel Marqués y es padre de dos hijas. Es el responsable del Secretariado de Misiones en la parroquia de San Francisco de Mahón. Llabrés Riudavets, ingeniero técnico industrial, está casado con Antonia Llambías y también es padre de dos hijas. Vinculado a la iglesia del Carmen, es el el responsable del secretariado de Catequesis.
El obispo Giménez Valls presidió en la Catedral de Ciutadella, al mediodía de ayer, la ordenación de Joan Mercadal y Vicent Llabrés como diáconos permanentes.
La Eucaristía, concelebrada por numerosos presbíteros de la diócesis, congregó a un gran número de fieles de las distintas poblaciones de la Isla. En los primeros puestos del templo tomaron asiento los dos nuevos diáconos, acompañados por sus respectivas familias.
En España, desde 1978
El diaconado permanente, resinstaurado por el Concilio Vaticano II para hombres -solteros o casados- mayores de 35 años, fue introducido en España en 1978, cuando se celebró en Barcelona, durante el mandato del cardenal arzobispo Narcís Jubany, la primera ordenación.
En Menorca fue el anterior obispo, Joan Piris, quien el 30 de marzo de 2008, tras un periodo de preparación, admitió a Mercadal y Llabrés como candidatos a la orden del diaconado en el transcurso de una Eucaristía oficiada en la iglesia del Carme de Maó.
Los diáconos no son ordenados propiamente para el sacerdocio, o sea, para ofrecer en nombre de Cristo el sacrificio eucarístico, sino para servir en la predicación de la Palabra de Dios, la liturgia y la pastoral de la caridad. Entre otras funciones, proclaman el Evangelio y asiste en el altar, y administra los sacramentos del bautismo, matrimonio y bendice; y lleva el Viáticos a los enfermos, pero no pueden administrar la Unión de los enfermos.
También instruyen al pueblo en las enseñanzas de los Evangelios, distribuiyen la Eucaristía, bendicen las exequias, guian asambleas de oración, promueven iniciativas de caridad, animan sectores de pastoral y comunicades eclesiales, y también gestionan la administración económica.
«Con la ordenación de Joan Mercadal y Vicent Llabrés, laicos con una larga trayectoria de compromiso y voluntad de servicio a la comunidad diocesana -ha destacado el obispo- se iniciará en nuestra diócesis la aplicación de una de las resoluciones más innovadoras del Concilio Vaticano II, la restauración del diaconado como ministerio permanente y la renovación de este orden sagrado, de manera que no sólo sea un grado previo y transitorio a la ordenación presbiterial».
Según Giménez Valls, «el rasgo característico del diácono es ser signo de Cristo-servidor; y Joan y Vicente han manifestado, explícitamente, su voluntad de servicio, como diáconos a la diócesis de Menorca».