Autoficha
Me llamo Ramón Reina Rodríguez, nací en Alemania en 1975 y soy de Sevilla, de un pueblo llamado Puebla de Casalla. Llevo casado 15 años con Eva y tengo dos hijos, Eva María de 7 años y Daniel de año y medio. Llegamos a Menorca en 1996, vine con mi mujer a la aventura. Éramos muy jóvenes y fue como una locura. Pero nos gustó la tranquilidad de la Isla y nos quedamos.
¿Cómo es el trabajo de camarero?
Es un trabajo que recompensa al que le gusta. Al que no le gusta lo ve como una obligación.
¿Supone mucho sacrificio?
Sí, muchas horas y, sobre todo, quitar mucho tiempo a la familia. Pero si te gusta de verdad es interesante.
¿Lo más importante es el trato con el cliente?
Sí, es lo más importante, y cuando ves que un cliente está satisfecho te sientes bien, realizado por tu trabajo. Y eso es lo importante. La satisfacción del cliente es la felicidad del camarero.
¿Cómo le gusta al camarero que sean los clientes?
A mi me gusta que me lo pongan fácil, que no sea el típico tiquismiquis que lo ve todo mal y se queja por cualquier tontería. Simplemente, si hay un fallo, que lo reconozca al momento, y que no por un fallo ya todo lo que se hace esté mal y se esté quejando por cualquier cosa.
¿Cómo es el sector de la restauración en Menorca?
En Menorca hay buenos profesionales, aunque también hay mucho chapucilla. Según el bar o el restaurante en el que están, tienen poco trato con el cliente y miran con mala cara. Y el cliente de lo que no tiene ganas es de que le miren con mala cara. No hace falta que le sonrías pero por lo menos hay que hablar con educación.
¿La de camarero es una profesión bien pagada?
No, no regalan nada, se cobra lo justo. Lo que ganas te lo ganas bien.
¿Cómo se lleva trabajar cuando es festivo? Cuando los demás están de fiesta...
Es durillo, pero te acabas acostumbrando. Yo llevo 21 años haciendo esto y te acostumbras. Lo que peor llevas es no poder estar con la familia en los días de fiesta. Porque es el día que más trabajo hay y no puedes salir. Eso es lo que más me fastidia. Por lo demás, todo va bien, porque intento trabajar a gusto y haciendo fiesta.
¿Y los precios que se hacen pagar al cliente son justos?
Es lo que hay con la competencia. En las zonas turísticas se abusa demasiado, incrementan mucho el precio. Creo que lo suben mucho pero en cambio quieren trabajar menos, y eso no puede ser. Y a la vez, no dan el servicio que deberían dar, tienen pocos camareros.
¿Falta calidad en la Isla?
Falta calidad en muchos sitios, porque muchos empresarios han preferido meter gente joven que no está preparada y no sabe, y eso acaba repercutiendo en la calidad y en el servicio del restaurante, del bar o del hotel que sea.