La selección española de fútbol, flamante campeona del mundo, aterrizó en el aeropuerto de Madrid-Barajas, procedente de Sudáfrica, donde ayer conquistó el título en el estadio Soccer City de Johannesburgo.
El avión, el airbus IB2801 Isaac Albéniz, llegó a la terminal con banderas de España en las ventanillas y con la leyenda 'Orgullosos de nuestra selección' y 'Campeones' y fue recibido con un arco de agua formado por los bomberos y con una pancarta con el eslogan 'Bienvenidos a un país más feliz ¡Gracias¡'.
Instantes después, nada más abrirse las puertas, a las 15.00 horas, la tripulación se colocó para recibir a los pasajeros. El primero en salir fue el capitán, Iker Casillas, mostrando orgulloso la Copa del Mundo.
El madridista se la cedió a Vicente del Bosque, escoltado por el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, antes de que fueran uno a uno bajando la escalerilla todos los internacionales vestidos de futbolistas o en chándal y jaleados por los pocos privilegiados que pudieron acceder a la terminal.
El capitán, emocionado, no volvió a soltar la Copa, mientras los jugadores se marcharon directos al autobús que les trasladó a un hotel para comer y descansar unos minutos antes de emprender rumbo al periplo por la capital.
Los campeones del mundo se desplazarán en un autobús descapotable que les llevará primero al Palacio Real, donde les recibirán los Reyes, los Príncipes de Asturias y la Infanta Elena. A continuación, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, les homenajeará en el Palacio de la Moncloa.
Tras esas dos paradas iniciarán una recorrido triunfal por la capital, pasando por Princesa, Plaza de España, Gran Vía, Cibeles, Neptuno, Atocha, Ronda de Atocha, Ronda de Valencia, Glorieta de Embajadores, Ronda de Toledo, Puerta de Toledo, Gran Vía de San Francisco, Bailén, Palacio Real, Plaza de España y Glorieta de San Vicente, para concluir en la explanada del Puente del Rey donde se espera un apoteósico fin de fiesta.