Es norma social conocida por todos que cuando uno espera visita en casa se prepara para dar buena impresión o, cuando menos, para que el invitado se sienta cómodo y a gusto. Menorca se encuentra inmersa estos días en plena temporada turística y las calles de muchos municipios son un hervidero de peatones y vehículos. Los pueblos de la Isla hacen verdaderos esfuerzos para ofrecer a forasteros y residentes una buena imagen, pero Maó no termina de conseguirlo.
Buena parte de los vecinos de esta localidad se quejan de la sucia y descuidada postal que ofrece Maó estos días, especialmente el extrarradio de la ciudad y las inmediaciones del Polígono Industrial. El incivismo de unos cuantos ciudadanos se suma a la falta de un mantenimiento o esfuerzo mayor por parte del Ayuntamiento. "No hay microciudad, no hay mantenimiento de muchas calles, se hacen jardines pero no se cuidan, es absurdo", comenta un vecino de la calle Vives Llull. Otra vecina de Miquel de Verí se lamenta de los excrementos de perro que minan las aceras y de la presencia de enseres abandonados en plena vía pública. "La gente es muy descuidada y muy guarra, pero el Ayuntamiento debería limpiar más", explica. "La barredora mecánica no limpia nada, lo que tiene que venir es el barrendero de toda la vida con la escoba por las aceras", añade. Su vecina se suma a la protesta y critica el lamentable y peligroso estado en que se encuentra una de las aceras de la calle Costa Deià, en pleno centro de Maó. "Una señora se cayó y se rompió un pie y otra un dedo de la mano. Es un desastre, la ciudad está abandonada. No son tiempos para tener las calles como están", denuncia al tiempo que relata como un día llamó la atención a una persona que dejó la bolsa de la basura en una papelera. "La cogí y la dejé en el contenedor. Lo triste es que algún día me denunciarán por sacar la basura antes de tiempo y a esta señora no le harán nunca nada", advirtió.
Hay también vecinos que reconocen el esfuerzo que realiza el Ayuntamiento y afirman rotundos que si la ciudad está sucia es por culpa del incívico comportamiento de muchos. "El otro día se cayó un árbol en la plaza Miranda y poco después, ya era de noche, una brigada de operarios lo retiró", resalta otra vecina de la calle María Lluïsa Serra, quien aprovecha para criticar el comportamiento de los dueños de mascotas que no recogen los excrementos depositados por sus animales en plena calle. "El Ayuntamiento hace lo que toca pero no da abasto, la gente es muy sucia", espeta.
Otra vecina de Maó se muestra escandalizada y sorprendida por el estado del Polígono Industrial. "Hacía tiempo que no iba por allí, y hoy vengo aturdida. No se puede pasar por las aceras, están llenas de hierbas secas y de coches. Es un asco, parece mentira que la ciudad pueda estar así", critica. Un matrimonio que pasea junto a sus dos perros por las inmediaciones del Recinto Ferial de Maó asegura recoger los excrementos de sus mascotas cuando estas defecan en la calle. "El problema es que en algunas zonas ni siquiera hay papeleras donde depositar las heces", se lamenta la mujer, mientras recalca que siempre que puede contribuye a limpiar el entorno de la ciudad. "Una vez me confundieron con una empleada del Ayuntamiento cuando me encontraba cerca de la playa que hay junto a La Mola. Me gusta limpiar los sitios donde voy. Es vergonzoso el estado en que se encuentran zonas como Cala Rata y Sant Antonio, llenas de botellas, latas y cristales con el peligro que conlleva", relata. Incluso propone una solución para que la población contribuya a adecentar la ciudad. "Hay muchos parados que podrían dedicar varias horas a limpiar algunas zonas. Cuando yo lo hago me siento satisfecha y creo que psicológicamente para un parado sería interesante emplear algunas horas en beneficio de la comunidad", reflexiona.