La modificación del proyecto original del centro penitenciario que se construye en la carretera de Maó a Sant Lluís, con el fin de reducir las dimensiones previstas para la torre de vigilancia, es la causa de que la obra no haya finalizado, tal y como se había previsto, a finales del pasado junio.
Así lo afirmó ayer el director insular de la Administración General del Estado en Menorca, Javier Tejero, quien añadió que es muy probable que la cárcel no esté totalmente acabada hasta el último trimestre de año, por lo que su entrada en funcionamiento coincidiría con el proceso de oposición para cubrir las plazas de trabajo en el centro, alrededor de 150 entre funcionarios y personal contratado.
Este cambio en la estructura del edificio se acordó, según explicó Tejero, tras el intercambio de impresiones entre él personalmente, el senador por Menorca, Arturo Bagur, los alcaldes de Maó y Sant Lluís, Vicenç Tur y Llorenç Carretero, y posteriormente con el presidente del Consell, Marc Pons, y la diputada Gràcia Muñoz, sobre el impacto visual que tendría la torre de vigilancia de la prisión, de una altura aproximada similar a la que tiene la torre de control del Aeropuerto. "Se pensó que dicha altura no era la adecuada", afirmó ayer Tejero, por lo que se solicitó a la Sociedad Estatal de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios que se modificara.
De este modo, la torre quedará más integrada en el edificio y no podrá verse desde la carretera, aseguró el director insular, quien añadió que la petición fue recogida por la sociedad estatal previa elaboración de un informe técnico y una visita realizada a las obras. En cuanto a la llegada de los primeros presos a la cárcel de Menorca, la previsión oficial se mantiene para finales de este año, aunque el director insular recordó que ese plazo puede variar, ya que la cárcel de Palma permaneció meses vacía antes de que sus celdas fueran ocupadas por los primeros reclusos.