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"Es un error relacionar camping con turismo de baja calidad"

Los complejos de Son Bou en Alaior y S'Atalaia en Ferreries han llegado a colgar este agosto el cartel de completo, aunque el resto de meses la ocupación se ha resentido con un regular balance

son Bou. Las instalaciones del camping disponen de una variada gama de servicios y ofertas - Gemma Andreu

| Maó |

Han colgado el cartel de completos este agosto, pero apenas se mencionan en las aireadas estadísticas turísticas. Los campings de Son Bou en Alaior y S'Atalaia de Ferreries gozan de un éxito creciente y aunque sus plazas son limitadas atesoran clientes de una fidelidad cercana en algunos casos a los diez años. Entre ellos se pueden encontrar desde turistas con escasos recursos económicos, a profesionales liberales que prefieren el contacto directo con la naturaleza y un ambiente relajado en lugar de la impersonalidad de la habitación de un hotel. La variedad y calidad de los servicios que ofrecen sus instalaciones también juega cada vez más a su favor.

"Es un error relacionar camping con turismo de baja calidad", recalca en este sentido Baldomero García, gerente del Camping de Son Bou, una instalación catalogada de primera categoría, con capacidad para 939 personas y una extensión de siete hectáreas. "No tenemos nada que envidiar a un resort, tenemos naturaleza, grandes espacios, todos los servicios necesarios como lavandería, restaurante, excursiones, piscina, supermercado y áreas recreativas", añade. Incluso dispone de casas de madera con mobiliario muy similar al de un apartamento, tiendas de lona y 313 parcelas para ubicar ellas una tienda o autocarabanas.

García reconoce que en España no existe tanta tradición campista como en Gran Bretaña y Francia, pero cada vez más franceses e italianos deciden pasar sus vacaciones en la Isla alojados en estas instalaciones donde predomina el turismo español (catalanes y menorquines); familias, parejas, jóvenes, estudiantes, asociaciones e incluso grupos que deciden pasar un fin de semana en el camping.

Y aunque es pronto para realizar un balance de temporada, el gerente de Son Bou apunta un descenso en el volumen de negocio del 14 por ciento, un porcentaje que mejora el descenso del 25 por ciento contabilizado el año pasado. El problema de este sector, como el de muchos otros en la Isla, es que en agosto se ven obligados a colgar el cartel de completo con demandas entre cuatro y cinco veces superiores a las registradas durante junio y septiembre, meses más flojos en clientela. Además, los días de estancia cada vez se reducen más. En este camping un adulto puede alojarse en temporada alta (1 al 22 de agosto) por sólo 7,05 euros al día y un niño por 5,7 euros. Y si la familia prefiere un bungalow deberá abonar 75 euros.

El camping de S'Atalaia en Ferreries es más modesto, apenas cuenta con un centenar de plazas y está catalogado de tercera categoría. La temporada ha sido regular, julio y agosto han arrojado cifras positivas, especialmente los fines de semana de agosto, en cambio junio y septiembre se presentan más flojos.

Su responsable, Miquel Pons, también destaca la diversidad de clientes que eligen el camping para pasar sus vacaciones y el valor que en su caso tiene la publicidad que puedan hacer los propios campistas para promocionar estas instalaciones con muchas menos prestaciones que el camping de Son Bou, pero donde no falta la necesaria piscina, una zona de juegos y un supermercado entre otros servicios. En temporada alta el precio por adulto en este camping es de 7,20 euros al día y de 7,70 por niño.

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