Antoni Riera (Santa Margarita, Mallorca, 1969), catedrático de Economía y director del Centre de Recerca Econòmica (CRE) de Sa Nostra y la UIB, presentó esta semana en Menorca el informe Económico y Social de Balears de 2009. Este informe incluye un interesante estudio sobre 9.000 empresas de Balears que revela que el 94,8 por ciento de ellas son de pequeño y mediano tamaño y en la mayoría de los casos cuentan con menos de diez empleados. Esta peculiar circunstancia en una situación de crisis global según Riera obligará al tejido empresarial balear a buscar nuevos retos si quiere mantener su productividad y competitividad. La especialización, la apuesta por las nuevas tecnologías, la colaboración entre microempresas e incluso posibles fusiones se hacen imprescindibles para superar la recesión. En Menorca ya se atisban algunos cambios estructurales, pero no están siendo tan profundos como en el resto de las islas, Riera advierte de que está en juego la riqueza y el bienestar de la ciudadanía menorquina.
¿El exceso de microempresas en Balears está originando problemas de competitividad en un mundo tan globalizado?
No exactamente. La mayor parte de los países desarrollados tienen una estructura empresarial basada en la pequeña y mediana empresa. La dimensión por sí misma no es sinónimo de escasa competitividad. El problema es que las empresas de Balears tienen problemas para incorporar nueva tecnología y mano de obra especializada por lo que tienen ratios de productividad más bajos. De hecho la productividad en Balears es más baja que la media europea.
¿Por eso recomienda en su informe la necesidad de fusiones, concentraciones y colaboraciones entre microempresas?
Sí. La estrategia no es tanto ganar tamaño, sino aprovechar las plataformas de conocimiento para incrementar la productividad. Para ello más que fusiones, en realidad sería necesario que formaran parte de redes, clusters sectoriales, plataformas de colaboración.
¿Pero la pérdida de autonomía empresarial no sería contraproducente a la larga?
No necesariamente, además a cambio se garantizaría su supervivencia en el mercado y su influencia. Hoy día muchas empresas de Balears no saben cómo acceder al mercado global. Temen esta aventura cuando otras empresas europeas ya están en ello a través de estas plataformas.
El handicap de Balears es además la insularidad. Un doble listón que superar.
Sí. Es evidente que las redes de comunicación son más difíciles y por eso las microempresas no sólo crean empleo sino que dinamizan y modernizan el territorio. Su papel es importante, pero hay que tener en cuenta que hoy en día la revolución digital facilita que ese contacto comercial sea más fácil con el resto del mundo. Volvemos otra vez a la necesidad de incorporar nuevas tecnologías para ser competitivos.
Cuando habla con el sector sobre las ventajas de las colaboraciones y la fusiones ¿qué respuesta y acogida detecta?
La mayoría de los agentes económicos y sociales se han mostrado satisfechos por el análisis. Esta es una radiografía que tasa la macroeconomía, un concepto algo abstracto, con la realidad microeconómica.
Habla de incorporar las nuevas tecnologías, pero usted mismo ha advertido que el sector empresarial menorquín tiene dificultades para absorber mano obra especializada a diferencia del resto de Islas ¿Cómo se puede cambiar esta tendencia?
Muchas empresas llegan a tener una media de 3,3 trabajadores. Son muy pequeñas y encima tienen problemas para aprovecharse de las economías de escala, de la mano de obra cualificada y la tecnología. En Balears sólo el 65 por ciento de estas empresas dispone de ordenador y sólo el 55 por ciento tiene acceso a Internet. Es importante convencer a los empresarios de que sin la introducción de las nuevas tecnologías y mano de obra cualificada sus productos no podrán diferenciarse en el mercado y, por tanto no serán competitivos, perderán la batalla del mercado global.
Quiere decir esto que si Menorca no apuesta ya por la diversificación, la especialización y la tecnología difícilmente saldrá de la crisis.
Más allá de que la crisis ha afectado a todo el mundo, Menorca sufre problemas estructurales que debe afrontar con urgencia y valentía porque la tecnología y la mano de obra cualificada tiene una escasa presencia. Mi informe concluye en que muchas de estas empresas ha mantenido su competitividad sobre la base del efecto precio; mano de obra más barata y tipos de intereses bajos. Sin embargo, estas ventajas ya son pasado. Los tipos tienden al alza y la mano de obra cualificada es indispensable para ganar productividad y competir con empresas del resto de Europa que hacen los mismos productos que nosotros. No podemos desengancharnos porque no sólo muere una empresa, sino la generación de riqueza y el bienestar de la ciudadanía.
Habla de no quedarse desenganchado. El crecimiento del PIB en Menorca es el menor del Archipiélago. Eivissa ya ha salido de la recesión, Mallorca por su capacidad seguramente lo hará antes que Menorca ¿Por qué Menorca suele estar a la cola de Balears?
No siempre está a la cola. Menorca aprovecha siempre menos las etapas de expansión pero también sufre menos las crisis. Tiene un comportamiento más estable, pero en esta ocasión la crisis, unida a los problemas estructurales de que adolece la han colocado donde está. Siempre digo que más importante que saber quién saldrá primero de la crisis es saber en qué condiciones se hará. En el fondo no está tanto en juego la tasa de crecimiento o de ocupación de la Isla, como su capacidad de generar riqueza y bienestar y eso exige reformas estructurales; tecnología, mano de obra especializada.....
De hecho un crecimiento sobre el sector construcción ya ha pasado a la historia.
Sí. Menorca es una economía diversificada. La agricultura y la industria tienen un mayor peso que en el resto de las islas, pero curiosamente en Menorca, la construcción tenía un mayor peso que en el resto del Archipiélago, superior al 12 por ciento. La recesión se ha cebado sobre este sector y eso también explica los peores resultados de Menorca. La Isla necesita un giro claro al sector servicios y su diversificación.
Hay campo para ser optimista. En su informe afirma que ya se atisban ciertos cambios en Menorca, pero ¿van por el buen camino?
La mejor conclusión que nos deja 2009 es que los agentes económicos y sociales han tomado conciencia de los problemas estructurales que existen. 2008 fue el año del ajuste de la recesión, por eso ahora son necesarias las reformas. Es necesario orientarse hacia nuevos mercados emergentes, introducir tecnología en los sectores tradicionales e incorporar mano de obra especializada en la distribución y comercialización. Esto ya se nota en la Isla, pero también se está notando porque la está realizando el mercado por sí mismo. Ahora es importante que los agentes económicos y sociales la acompañen y la hagan lo menos dolorosa y lo más eficaz posible.