La imagen que se reproduce junto a esta información es la de una tubería que transportará el agua del mar hasta la planta desaladora de Ciutadella. Una tubería como esta, pero mucho más larga, estaba contemplada en la propuesta del Plan Hidrológico de Balears para conectar los dos extremos de la Isla, y de esta manera hacer llegar el agua desalada en Ciutadella hasta Maó. Este periódico ha podido saber cuánto costaría esta iniciativa, de entrada descartada por el actual Govern: unos 40 millones de euros.
En plena operación del Ejecutivo autonómico para garantizarse algún comprador para el agua desalada, y viendo que los primeros cálculos apuntaban a que Ciutadella podría consumir tan sólo una tercera parte de la capacidad de producción de la desaladora, pensar en que el agua desalada llegara hasta otros puntos de la Isla parecía una opción lógica. No obstante, su elevado coste frena esta opción. El director general de Recursos Hídricos del Govern, Antoni Rodríguez, asegura al respecto que "es un proyecto muy caro, que no contemplamos ni a corto ni a medio plazo". Otras fuentes consultadas por este periódico, cercanas al Consell, también descartan esta opción.
No obstante, a pesar de esta negativa inicial, el máximo responsable en política hidrológica de Balears añade que "no sé si esta opción solucionaría los problemas de suministro de agua potable que hay en Maó [principalmente la contaminación por nitratos], pero quizás sí podría ayudar en algunos puntos intermedios de la Isla".
De hecho, el Plan Hidrológico de Balears no solamente contemplaba la posibilidad de conectar Ciutadella con Maó mediante una conducción, sino que iba mucho más allá. Se hablaba de la construcción de una segunda planta desaladora en la zona de levante de la Isla, para luego interconectar las dos instalaciones. Tal como están las cosas, se descarta la opción de levantar una segunda desaladora en Maó, ya que la de Ciutadella no está acabada y todavía no tiene comprometida ni una tercera parte de su producción.
La herencia de Matas
Antoni Rodríguez insiste de nuevo en que la desaladora de Ciutadella es un proyecto heredado que le trae muchos quebraderos de cabeza. "Yo ya tuve muchas tallas con Matas al asegurarle que las desaladoras no eran necesarias, y ahora se está demostrando con casos mucho más graves que los de Ciutadella", defiende. Es la situación, por ejemplo, de la desaladora de Andratx. Esta planta, asegura Rodríguez, está ya acabada y no hay ninguna perspectiva de que se ponga en funcionamiento, puesto que resulta más barato producir el agua en Palma y llevarla hacia Andratx que no al revés, tal como debería haber pasado según los planes iniciales.
¿Qué dice el Plan?
El Plan Hidrológico de Balears recoge, en su apartado de propuestas, la posibilidad de construir una desaladora en la zona de levante de Maó, que solucione el problema de contaminación por nitratos en esa zona. Si finalmente se construyera esta nueva infraestructura, el Plan apunta que "debería analizarse la conveniencia de establecer la interconexión entre las plantas desaladoras de Ciutadella y Maó, para optimizar su rendimiento". Visto el proceso de construcción de la desaladora de Ciutadella, lo de construir una segunda planta en Maó parece descabellado. La conducción para conectar Ciutadella con Maó también se descarta, aunque sea de momento.