Los propietarios de la discoteca Tonic se reunieron ayer por la mañana con el alcalde Es Castell, Juan Cabrera, para hablar sobre el futuro del local y las consecuencias de la sentencia por la que se deniega la revocación de la licencia de apertura y funcionamiento de la sala.
Según Carlos Esbert, uno de los responsables de Tonic, el encuentro con Cabrera finalizó sin acuerdo. "Actualmente y tal como están las cosas, nosotros podemos abrir, pero vamos a esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Lo que sí está claro es que vamos a solicitar una indemnización que compense lo que hemos perdido a lo largo de todo este tiempo".
Esbert explica que un perito deberá contabilizar a cuanto puede ascender la compensación tras cinco años de cierre. "Nosotros tampoco vamos a pedir por pedir pero hay que comprender que todo este problema nos ha costado mucho dinero. Le hemos dicho a Cabrera que estaríamos dispuestos a rebajar la cantidad un 30 o 40 por ciento si alcanzamos un acuerdo". Esbert apunta que "el Ayuntamiento sostiene que no recurrirá la sentencia si no se le pide indemnización, por lo que no hemos podido llegar a un acuerdo. Vamos a ver si podemos hacerlo en estos días porque el Consistorio tiene como tope hasta el día 8 para decidir si recurre o no".
Posible negociación
Juan Cabrera no quiso entrar a valorar la reunión aunque sí manifestó que la intención del Ayuntamiento es recurrir la sentencia. "Nos gustaría que hubiese un beneficio mutuo, tanto para nosotros como para la propiedad pero, como es lógico, intentamos salvaguardar la economía del Consistorio". Aún así, el alcalde insiste que ambas partes se encuentran en proceso de negociación y que es un tema que deben tratar y analizar los abogados.
Precisamente esta mañana Juan Cabrera tiene prevista una reunión con los vecinos de Son Vilar, quienes en su día también contrataron un abogado y recogieron firmas para que la discoteca cerrara. Los vecinos están indignados ante la actual situación y quieren conocer qué rumbo se va a seguir. De hecho, algunos de ellos han estado informando a otros vecinos sobre dicha reunión y los posibles problemas que podrían entrañar la apertura de Tonic.
Esbert asegura que ha intentado ponerse en contacto con los vecinos en diferentes ocasiones sin éxito y que está dispuesto a mantener un diálogo abierto, ya que, como explica, busca el entendimiento. "Incluso estuvimos dispuestos a ceder uno de los locales para que el vecindario dispusiese de un espacio social pero el Ayuntamiento no ha hecho más que poner trabas y pegas. No nos dejan hacer nada y el edificio entero está desaprovechado y en abandono".
Respecto a la hora de cierre, Esbert apunta que "lo que no puede ser es que tengamos que pagar impuestos como discoteca y tener que cerrar a las cuatro".