Con el objetivo de dar a conocer la situación económica y el encaje de la artesanía en la sociedad actual el bar La Palmera de Es Migjorn acoge hoy y mañana las Jornadas de Artesanía de Menorca que van a versar sobre su viabilidad en pleno siglo XXI. Contará con ponencias, coloquios y conferencias a cargo de diseñadores, interioristas, y economistas de gran trascendencia nacional. Entre estos profesionales del sector destaca la directora de la Fundación Española para la Innovación de la Artesanía del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, Mercedes Valcárcel Dueñas (Madrid, 1968), licenciada en Derecho, en Administración y Dirección de Empresas y auditora oficial de cuentas.
Valcárcel cree fuertemente en el potencial de la artesanía como sector productivo puesto que "reúne las cualidades que demanda el mercado actual", es decir, incorpora "innovación, está directamente enfocado hacia el desarrollo sostenible y rural además de su enfoque emotivo y de pertenencia que se alinea con las demandas de la sociedad". Para la directora de Fundesarte la situación de crisis ha afectado al sector "en menor medida" que otros sectores productivos puesto que "siempre ha vivido una situación compleja de comercialización dada la tipología de sus productos, una realidad que les está ayudando a solventar las dificultades que tiene cualquier otro productor". Valcárcel cree a su vez que han aprovechado las dificultades para buscar nuevos canales de comercialización, han hecho hincapié en la exportación y han abierto nuevos mercados. Aconseja asimismo a los artesanos que contribuyan a la comunicación del producto como tal puesto que "aunque encaje en las demandas del mercado falta comunicar esta realidad, sus valores intrínsecos y que el comprador sepa diferenciarlo respecto a otros productos seriados o industriales que no contribuyen a este impacto sentimental y emotivo". En lo que se refiere a ventas, destaca como base primordial el aprovechamiento de las nuevas herramientas que ofrecen las tecnologías para su comercialización.
La profesional pone en valor la complejidad del proceso productivo artesano a lo que se une la realidad cultural y la permanente actualización del producto para estar al día ante las necesidades funcionales y estéticas del mercado. Respecto al producto fabricado en la Isla, Valcárcel es clara en destacar un valor añadido con el que juega la artesanía elaborada en Menorca. Se refiere a la adaptación a la realidad socio-cultural en la que se encuentra, y es que "tanto a nivel estético como funcional siempre destaca su origen geográfico y el factor cultural que le da valor y lo posiciona, refleja la conjunción de innovación y tradición además de contribuir a que el producto sea de gran diseño", destaca.