La estación depuradora de Es Migjorn Gran vierte a día de hoy todo el agua que depura al barranco de Son Boter. A pesar de que años atrás se construyó una infraestructura que permitía canalizar el caudal producido por la estación hasta la urbanización de Sant Tomàs, esta instalación nunca ha llegado a utilizarse. Ahora, el Ayuntamiento de Es Migjorn Gran tiene la intención de cambiar esta situación, y permitir que el agua depurada se use para el riego de las zonas verdes particulares de la urbanización.
El alcalde Andreu Moll explica que cuando accedió al gobierno, en 2007, se interesó ya por esta cuestión. Entonces, relata, el técnico que les asesoró les aseguró que la situación era muy complicada, puesto que las tuberías que conducían el agua depurada pasaban por la zona de protección de los pozos que suministran el agua a la urbanización. En ese momento, dice Moll, la situación era muy complicada, pero ahora parece haber cambiado. Hace unas semanas, se volvió a reunir con el mismo técnico, quien ha pintado la situación mucho más fácil.
"Ante esta situación, en breve tramitaremos la petición ante el Govern balear para que nos otorga la concesión que nos permita utilizar el agua depurada, y habrá que constituir una comunidad de regantes, en la que el Consistorio participará", explica el alcalde.
La puesta en marcha de la reutilización del agua depurada no debe suponer ningún coste añadido para el Consistorio. Así, al menos, lo considera Andreu Moll, al entender que la infraestructura está construida. Solamente los particulares deberían costear las obras para engancharse a la tubería que conduciría el agua depurada hasta la urbanización. No obstante, uno de los puntos fundamentales para que el agua pueda reutilizarse pasa por el correcto funcionamiento de la estación depuradora. Así, desde el Ayuntamiento explican que la instalación está preparada para realizar el tratamiento terciario del agua (el que la deja en condiciones para que se reutilice para el riego), pero que a día de hoy este dispositivo no se usa porque no tendría sentido si luego el agua acaba en el torrente.
Uno de los interrogantes que deberán resolverse ahora es saber si la instalación sigue estando preparada para el tratamiento terciario después de que el mecanismo no se haya utilizado durante años.
Los hoteles, no
Mientras las viviendas unifamiliares simplemente tendrían que conectarse a la tubería que conduce el agua depurada para poder usarla para el riego de su jardín, los hoteles tendrán más complicado poder usar el caudal de la depuradora. Esto es así porque, según Andreu Moll, una normativa obliga a que cuando existe una piscina pública, debe haber una franja de seguridad de 50 metros que no se puede regar con agua depurada. Esto obligaría a las infraestructuras hoteleras a tener dos instalaciones para el riego: una para las proximidades de sus piscinas, y otra para las zonas verdes que no se incluyan dentro de esta franja de seguridad. Esta posibilidad se vislumbra como complicada, puesto que supondría un sobrecoste para los hoteles.