No era ningún secreto que los concesionarios menorquines iban a cerrar 2010 con más ventas que en el ejercicio anterior. Sin embargo, también se sabía que el impulso no fue otro que la reactivación de las operaciones de compra por parte de las empresas de coches de alquiler, que por culpa de la falta de líneas de crédito redujeron a mínimos sus compras en 2009. Las cifras son mejores, pero también engañosas. Es verdad que el año pasado se matricularon 2.344 vehículos (771 más que en 2009), pero de ellos casi la mitad llegaron a través de los rent-a-car. Y es que en ese segmento las operaciones aumentaron un 379 por ciento, es decir, si en 2009 se vendieron 208 coches, el año pasado se alcanzó casi el millar. No obstante, los responsables de los concesionarios ya se han echo eco en alguna ocasión de que el del alquiler no es el negocio que mayores márgenes deja.
Por otro lado, la interpretación del capítulo de ventas a particulares habla de estancamiento, con un incremento paupérrimo de las ventas, un 0,6 por ciento. De cualquier forma, hay que recordar que el 2009 ya fue un ejercicio horrible para el sector y que pese al crecimiento del año pasado, los negocios de concesionarios siguen en cifras muy lejanas a la rentabilidad necesaria.
El pasado mes se cerró 2010 con una bajada del 36 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, con 47 vehículos menos matriculados, una tendencia de nuevo negativa tras un noviembre en el que el descenso fue tan solo del 18 por ciento, el menor de la segunda mitad del año, y después de que junio fuera la última mensualidad con cifras positivas. Y es que en ese sentido hay que recordar que el primer semestre, gracias al efecto de los coches de alquiler anteriormente citado y sobre todo al empuje de las ayudas estatales, situó las ventas en cifras esperanzadoras para el sector. Una época de bonanza que finalmente acabó cuando entro en vigor la aplicación del incremento del IVA.
Tras dos años de ausencia, la Asociación de Concesionarios del Automóvil decidió recuperar su feria, FERIAME, en un intento de relanzar el sector y no dejar que desapareciera del calendario de muestras una cita tan consolidada. Sin embargo, el regreso no logró impulsar las ventas, que cayeron en octubre otro 27 por ciento respecto al mismo periodo de 2009.