"Es un yacimiento excepcional", así de satisfechos se expresaron ayer los arqueólogos de la UIB que ha constatado por primera vez en Balears una explotación de cobre de época prehistórica sita en la Illa d'en Colom. Bartomeu Salvà, Bartomeu Llull y Laura Perelló explicaron junto a la jefe de sección de Historia y Arqueología de Menorca, Margarita Orfila, los pormenores de la investigación realizada en los dos últimos años gracias a una beca concedida por el Institut Menorquí de Estudis (IME) que pretende incentivar la investigación analítica –estudio de la tecnología y componentes utilizados desde el punto de vista geológico.
El yacimiento se encuentra en Sa Mitja Lluna, donde se aprecian trabajos mineros a cielo descubierto en distintas épocas. En las escombreras más antiguas, en una explotación de cobre, los investigadores encontraron en la superficie cuatro fragmentos de cerámica prehistórica que datan aproximadamente del segundo milenio antes de Cristo y diversas mazas de piedra de minero fabricados a partir de cantos rodados retocados a los lados para su manejo.
Una de estas mazas pesa casi 13 kilos. Entre los restos de cerámica destacan varios crisoles o moldes de fundición, una evidencia que según los investigadores demuestran que en esta zona no sólo se extraía cobre, sino que posiblemente también se fundía. Gracias a las analíticas realizadas a las herramientas por el arqueólogo Mark Hunt Ortiz de la Universidad de Sevilla y el geólogo Damià Perelló, los investigadores tienen la certeza de que la explotación data de la edad de Bronce.
"La importancia de este hallazgo reside en que en la Isla ya se trabajaba en esa época con la mezcla de materiales de fundición y eso era un avance tecnológico", resalta Orfila. El yacimiento no es excesivamente grande ni rentable desde un punto de vista actual, pero sí cubría con creces las necesidades de una sociedad prehistórica.
Los investigadores destacan la excepcionalidad del yacimiento porque las evidencias encontradas no han sido borradas por las excavaciones posteriores, que se prolongaron en la Isla incluso hasta principios del XIX animadas por las demandas de cinc, plomo y cobre.
El hallazgo que ahora hacen público los arqueólogos de la UIB es el resultado de un minucioso trabajo de investigación iniciado con el objetivo de caracterizar cada una de las vetas y filones de cobre existentes en Menorca. Gracias a la beca del IME y la colaboración de la familia Roca (propietaria de los terrenos del yacimiento), los arqueólogos han sacado a la luz un hallazgo que ha despertado incluso el interés de Centro Superior de Investigaciones Científicas.