UPCM y el PP exigen el cese de la gerente de Urbanismo en Ciutadella, Sandra Díaz, por las obras de construcción de una nave de la calle Sevilla, de las que informó el "Menorca" en su edición del miércoles, que se ejecutan con una licencia obsoleta y con presunto trato de favor a su marido, el arquitecto del proyecto, Miquel Àngel Apesteguia.
Ambos partidos denuncian lo que consideran graves irregularidades en la tramitación administrativa, que no atribuyen al promotor de la obra, sino a la gerencia de Urbanismo. Joan Triay afirma que se han detectado infracciones "muy graves, difíciles de justificar".
Primero, han transcurrido más de 6 meses desde la presentación del proyecto básico, cuya licencia fue notificada el 3 de junio de 2010. El proyecto ejecutivo se presentó 7 meses después, el 3 de enero de 2011. Afirman que al transcurrir más de 6 meses, la licencia del proyecto básico ha quedado sin efecto, por lo que las obras se ejecutan con licencia obsoleta.
A la vez, el primer proyecto básico se concedió sin tener los usos definidos que marca la ley. Tampoco se ha concedido licencia de instalación de actividades, que es un requisito previo para conceder la licencia del proyecto ejecutivo.
La otra deficiencia detectada es que la planta baja, con vocación comercial, precisa de la licencia autonómica al sobrepasar los 400 metros cuadrados mínimos estipulados por la ley.
El 3 de enero de 2010, se presentó el proyecto ejecutivo, pero además se presentó un proyecto básico modificado, que debería haber sido aprobado por el Ayuntamiento para que pudieran empezar las obras, "por tanto, no se pueden amparar en el silencio administrativo".
En este punto, Triay considera que "se ha invertido el orden que marca la normativa al presentar el ejecutivo y luego el proyecto básico modificado".
No ha sido la única modificación del proyecto. Ayer mismo, la dirección de la obra presentó al Ayuntamiento un segundo proyecto modificado, es decir, el tercer proyecto básico. Triay, que ha consultado el expediente, afirma que con la modificación la planta sótano pasa de aparcamiento subterráneo a uso de almacén.
La planta baja se destina a uso comercial y la primera y la segunda planta integran una vivienda de nada menos 1.200 metros cuadrados. Como anécdota, señala que en los planos de la vivienda incluso figura un piano dibujado. La obra se ejecuta sin que el Ayuntamiento haya aprobado ni el primer ni el segundo proyecto modificado y en base a un proyecto básico sin vigencia.
Triay asegura que el Ayuntamiento tenía conocimiento del inicio de las obras porque la calle Sevilla fue cerrada al tráfico. Incide que "la gerente, en sus declaraciones, justifica el procedimiento irregular y lleno de infracciones. Tiene una clara incompatibilidad para supervisar unas obras que dirije su marido".
El concejal de UPCM dice que "no criticamos al promotor, creemos que ha sido mal asesorado". UPCM pide explicaciones a la alcaldesa y edil de Urbanismo, Pilar Carbonero. "Es evidente el descontrol del área que gestiona, en vez de transparencia encontramos casos de Urbanismo a la carta", dice.