Josefa Morillas Praena llegó a Menorca con 23 años, en 1972. Nacida en Purullena, Granada, es aficionada a la jardinería y al deporte. Concejala de la oposición en el Consistorio mahonés, está casada y tiene tres hijos y tres nietos, más uno que está a punto de llegar a la Isla procedente de Etiopía. Morillas ha sido elegida Andaluza del Año por la Casa de Andalucía de Menorca.
Cuenta que tiene pocos recuerdos de Purullena, el pueblo en el que nació, ¿cómo fue su vida antes de llegar a Menorca?
Sí, sólo recuerdo algunos momentos en el colegio y poco más porque yo solía visitar constantemente a mis abuelos en Granada y, cuando tuve 15 años, nos mudamos definitivamente a esa ciudad. Allí trabajé confeccionando prendas de punto infantiles en un taller que tenía junto a mis hermanos. Por aquellos entonces, mi marido y yo ya éramos novios y a él lo destinaron a Menorca para realizar el Servicio Militar. Vine a verle con 23 años y me quedé.
¿Qué fue lo que más le gustó de la Isla cuando llegó?
La gente viene buscando una vida mejor y Menorca tenía posibilidades. Me encantó la luz mediterránea y su clima templado. Cuando mi marido terminó la 'mili', encontró trabajo como cocinero, que es su profesión. Yo empecé en la bisutería pero acabé montando un pequeño taller de ropa infantil. La situación fue difícil y pensamos en abrir una carnicería. Aquella fue una oportunidad y, a base de trabajo, llegamos hasta hoy con la empresa familiar. Debo decir que a lo largo de mi vida he tenido más de lo que esperaba. No somos ambiciosos y siempre que hemos conseguido algo, nos ha parecido mucho. Soy feliz en ese sentido.
Hace casi 10 años que se retiró debido a un problema en el hombro y pudo dedicarse a lo que usted quería, ser ama de casa. ¿Cómo llegó al mundo de la política?
Todo surgió tras una llamada del que entonces era presidente del PP en Maó cuando yo ya llevaba un año sin trabajar. Me dijo que quería que estuviese en su lista. A la semana le dije que aceptaba pero informándole de cuál era mi formación y preparación. Recuerdo que el día que salí elegida concejal no pude dormir en toda la noche pensando en lo que ello conllevaba y en las cosas que podía hacer. Ha sido y es una etapa muy enriquecedora en la que he conocido personas y compañeros muy buenos de todos los bandos.
A pesar de llevar tantos años en Menorca, su tierra le emociona. ¿Cuándo comenzó a colaborar con la Casa de Andalucía?
Una vez que me convertí en concejala, fui a la casa para ofrecer mi ayuda. Pensé que debía preocuparme por mis paisanos. He trabajado con la entidad hasta hace dos años que, por falta de tiempo, tuve que dejar la junta. Sigo colaborando puntualmente porque considero que la Casa de Andalucía realiza un gran esfuerzo para ser ese punto de encuentro de los cerca de 7.000 andaluces que viven en la Isla. Además, ayuda a difundir nuestra cultura, que es muy rica. Por eso, desde aquí quiero expresar mi cariño y admiración por el trabajo que realizan desde el coro, al grupo de teatro, los cuadros de baile o la junta directiva, entre otros.
¿Qué supone para usted haber sido elegida Andaluza del Año?
Es un gran honor y un orgullo que mis paisanos consideren que soy idónea para este galardón. Demuestra que me quieren, igual que yo a ellos. Estoy segura que en la Casa de Andalucía hay muchas personas que se lo merecen. Tanto para mi familia como para mí, esta distinción ha significado una gran alegría.
¿Por qué recomendaría a los menorquines que visitaran Andalucía?
Porque es una región extraordinaria. Actualmente, no puedo ir mucho porque no tengo tiempo, así que voy cada dos o tres años pero me emociono cada vez que vuelvo a mi tierra. Yo no conozco toda Andalucía y, si tuviera que recomendar algún destino concreto, sería Granada. Con Sierra Nevada, llena de nieve todo el año; la costa tropical; una ciudad llena de perfumes y sonidos de agua; la impresionante arquitectura y sus barrios de herencia árabe... y, por supuesto, La Alhambra. Me encanta Granada en Semana Santa. Siempre vuelvo con mucha ilusión.
¿Hay planes de volver a vivir en Granada en un futuro?
Estoy muy a gusto en Menorca y la mayoría de mi familia vive en la Isla, por eso no nos planteamos volver. Eso no significa que no eche de menos y quiera a mi tierra pero mi vida ya está aquí y estoy satisfecha.