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"Maó debería revitalizar su centro histórico, conferirle la vida de antaño"

"Como fundador de La Salle Mahón, deseo que la agonía del Menorca sea lo más breve posible"

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Carlos Fábregues Melsión es una de las personas más populares y queridas de Maó; su forma de ser, su afabilidad, su semblante siempre risueño, aunque la procesión vaya por dentro, le han convertido en un personaje entrañable; amigo de siempre, desde que los dos, mejor sería decir los tres, porque habría que añadir a su hermano Paco, ya desaparecido pero no olvidado, empezamos a correr tras una pelota de trapo; amistad iniciada en los años de la posguerra de ahí que hayamos compartido alegrías y sinsabores y los buenos y malos momentos que siempre los hay; es por ello que degustar un café con Carlos, mientras charlamos de aquel ayer y de este hoy, se convirtiera, creo que para ambos, en un placer y una alegría.

Naciste en el 35; de ello no tengo la menor duda, Paco era un año mayor que yo y a ti soy yo el que te aventaja; los tres llegamos escalonadamente.
Sí; tanto el año como los detalles son correctos por lo que podemos afirmar que hemos hecho camino casi cogidos de la mano.

¿Can Fontirroig?
Efectivamente, esta fue la primera escuela en la que estudié, luego pasé al Colegio La Salle.

Con los hermanos Pedro y Teófilo Juan.
El hermano Pedro era el director y el hermano Teófilo Juan fue mi primer profesor; dos personas entrañables y muy queridas para mí.

¿Pasaste por el Instituto?
Sí, pero solo cursé primero; mi hermano ya estudiaba y las circunstancias económicas de mi casa eran las que eran y no podían hacer frente a los gastos que dos hijos estudiando originaban y yo, después de aprobar el primer curso, empecé a trabajar.

Circunstancia la tuya que en aquellos años muchas familias se vieron obligadas a adoptar. ¿Cuál fue tu primer trabajo?
A Can Domènech, en la plaza Bastión; recordarás que primeramente don José Doménech, una persona excepcional donde las haya, se instaló en "La Ventajosa", tienda ubicada en "sa Costa de Sa Plaça", que alquiló al señor Pavía, para luego abrir la tienda de la plaza Bastión en la que yo comencé a trabajar.

Ya metidos en esta dinámica seguiremos con la etapa de Barcelona.
Nosotros vivíamos en la calle Infanta, en la casa paterna y al morir mi abuela, en el año 57, mis padres consideraron que era mejor trasladarnos a vivir a Barcelona; en parte porque una de mis hermanas residía allí y tenía una hija, "detalle" que fue decisivo en la elección porque una nieta es algo muy especial; por otra parte mi hermano ya trabajaba en la SEAT, argumentos suficientes para trasladarnos a vivir a Barcelona.

Donde lograste un buen trabajo.
Muy bueno; un primo de mi padre, persona de un alto nivel económico, me dijo que no me preocupase, que trabajo no me iba a faltar incluso me preguntó mis preferencias, si quería entrar en la "Damm" o en "Pepsicola", elegí la segunda y empecé a trabajar en el departamento de ventas, un trabajo muy adecuado para mí por mi forma de ser.

Y en un sector muy "vivo".
Sí, me designaron un sector privilegiado, desde es Passeig de Gracia hasta Colón; una plaza muy codiciada y con 23 años, que eran los que tenía y un buen sueldo todo me iba sobre ruedas, pero…

Menorca pudo más.
Sí, me añoraba, el Carrer Nou y Sa Ravaleta eran una constante en mis sueños, como mis amigos y mis cosas y, sucedió algo imprevisto que reforzó mi deseo de regresar; un día, en los almacenes "El Sepu" promocionaban un disco de "Los Parranderos" y al escuchar "yo voldría tornar a Menorca la meva Menorca…" se me hizo un nudo en la garganta y emocionadísimo salí hacia mi casa y le dije a mi madre que yo regresaba y así lo hice, a los once días volvía a "casa".

Sin tener un trabajo "atado".
Efectivamente, sin nada atado, pero muy pronto entré a trabajar en la fábrica de Pepín Nieto (Pepín Vidal) y la vida volvió a tener el calor y el color de antaño, además dos años después de mi regreso de Barcelona, en el 61, me casé, concretamente el día de Sant Antoni; de hecho en la Ciudad Condal solo estuve 18 meses, aunque para mí habían significado toda una vida.

Un acontecimiento doloroso dio un nuevo giro a tu vida. ¿Qué sucedió?
La muerte de mi segundo hijo; como has dicho suceso muy doloroso… Como era costumbre en aquellos años los amigos y las personas conocidas vinieron a mi casa, entre ellos Ernesto Félix, con el que siempre me ha unido una gran amistad, y vino acompañado de su padre y del señor Vaquer y ocurrió que la casa en donde vivíamos no les gustó y el señor Félix se lo dijo a mi hermano, añadiendo que si quería podía ir a trabajar a su fábrica y que además me ofrecía un piso más acogedor, en la calle del Ángel; acepté su generoso ofrecimiento y cambié de fábrica aunque no de trabajo.

Pero soplaban malos vientos para la bisutería, la crisis de los años 70 y 71 ya olvidada y superada.
Aquella crisis fue algo inesperado que me obligó a tomar una decisión, y dado que era directivo del Menorca, hablé de ello con el doctor Escudero, que ya era el director de la Residencia Sanitaria y tras escucharme me dijo que en el Hospital había varias vacantes de celador por cubrir y que de interesarme una de ellas sería para mí; pero los hospitales no están hechos para mí por lo que rehusé la oferta, sin embargo y en aquel momento él tenía todas las cartas a su favor para acceder a la Alcaldía y me indicó que fuera a hablar con el jefe de la Policía Municipal, Miquel Camps, porque sabía que iban a aumentar el número de guardias y que, con su "beneplácito", una de aquellas hipotéticas plazas podría ser para mí, y así sucedió; nuevo trabajo pero en esta ocasión con uniforme que siempre vestí con dedicación, satisfacción y orgullo.

Aparcaremos esta fase importantísima de tu vida para centrarnos en otra etapa, la que se nos abrió a los chavales de Maó con la apertura de "Sa Sínia", la zona deportiva "des Freginal".
Aquello significó dar un giro de 180 por grados grados a nuestras vidas; "Sa Sínia", como la llamábamos, era el mejor regalo que podía hacerse a la juventud mahonesa y con el mejor "director" imaginable, el "Pater", don Miguel Petrus, un hombre que ninguno de cuantos le conocimos olvidará jamás, porque para nosotros fue excepcional.

Y fue allí donde empezaste a jugar a baloncesto, aunque también jugabas al fútbol.
Ten en cuenta que dada la proximidad de "Sa Sínia" con mi casa me pasaba medio día allí y jugaba a todo, a lo que fuera, a fútbol, a básquet, pero mientras que a Paco el fútbol se le daba muy bien yo era de los que completaban el equipo cuando alguien faltaba, pero el baloncesto parecía que había sido creado para mí y empecé a practicarlo influenciado por Pedro Gomila, del que era un fan, Fernando Andreu, Paco Osuna, Ricardo Arguimbau o Alfredo Riudavets, es decir, los "históricos".

Sin embargo…
Como iba al Colegio La Salle trasplanté mi amor por el básquet a mi mundo escolar y fundamos un nuevo club, el La Salle Mahón, con la colaboración de un reducido grupo de personas, de amigos; a Antonio Botella, recientemente fallecido, lo fiché yo; primero fue delegado, luego entrenador y posteriormente presidente, un lasallista de corazón, un personaje inolvidable y muy querido por todos nosotros.

Sin embargo y en un principio tuvisteis que superar ciertas dificultades diré "añadidas".
Pues sí; recordarás que en el patio de arriba, del Colegio La Salle, en la calle del Carmen, había dos árboles preciosos, vigorosos como pocos, que el hermano Pedro "idolatraba" y nunca quiso que fueran eliminados para ubicar allí la cancha de básquet por lo que jugábamos en el patio de abajo sin que estuviera homologado lo cual impedía jugar partidos oficiales; afortunadamente y con la llegada del nuevo director, el hermano Andrés, todo se solucionó porque se avino a que los dos árboles fueran cortados, eliminados, zanjando con ello dicho problema.

¿Cuál fue el primer nombre que lucisteis en vuestras camisetas y la primera "formación" que recuerdas?
Juventus pero fue durante un periodo muy cortó, luego ya lucimos nuestro propio nombre: "La Salle"; en cuanto al primer equipo estaba integrado por Juan Vidal Bendito, Antonio Sintes, Moncho Morales, Pedro Alejandre, José Luis Aparicio Morlá y yo; añadiré que el primer presidente fue el doctor Echevarría que creo recordar era también el presidente de los Antiguos alumnos lasallistas.

Muchos recuerdos y vivencias, entre ellos la construcción de la pista cubierta.
Obra a todas luces importantísima y que se llevó a cabo en el año 52, gracias a los buenos oficios de los hermanos Andrés y Seguí, yo diría que ellos fueron los auténticos artífices de dicha obra.

Pero seguiste ligado al mundo del fútbol e incluso tras la fusión fuiste directivo del Sporting.
En el Menorca fui, durante bastantes años, el "subsecretario" del Club, siendo Nito Bagur el secretario, luego y en la etapa de Gaspar Melsión como presidente del Sporting fui uno de sus directivos, sobre todo porque el fútbol siempre me ha apasionado.

Así es, incluso recuerdo que eras del Atlético Aviación.
Y tú del Barça; recordarás que en mi casa, que había sido la sede del Ateneo Obrero había dos cuadras, así las llamábamos, la grande y la pequeña y en la grande colocamos un letrero, "Estadio Metropolitano", y allí mi hermano y yo jugábamos; él se colocaba en la portería, haciendo de Geranio, uno de los mejores porteros del momento, y yo le chutaba; ambos éramos del Atlético. Aviación, el hoy Atlético de Madrid pero él, en su etapa de Barcelona, trabajando en la "Seat" y en editorial "AIMA" se "convirtió" al barcelonísmo, mientras que yo sigo siendo "colchonero".

Eran tiempos en que ambos equipos, Barça y Atlético, brillaban con luz propia, dos conjuntos de lujo.
Sí, el Barcelona con Ramallets en la puerta y aquella delantera cantada por Joan Manel Serrat, Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón, y nosotros con la no menos famosa vanguardia de seda, formada por Juncosa, Abelardo, Escudero, Peiró y Collar.

¿Recuerdas el miedo que pasamos cuando siendo "escolanets" un domingo, durante la misa, un rayo cayó en la iglesia del Carmen?
Lo recuerdo perfectamente; todos los integrantes de la Escolanía del Carmen, parecíamos incoloros, quedamos asustadísimos, pero todo quedo en un susto aunque el señor Villalonga vino a reconfortarnos.

La etapa de guardia municipal te ha dado muchas satisfacciones y quienes te conocieron en activo, todavía se acuerdan y aprecian. ¿A qué se debe?
Desde el primer día que pise la calle lo hice convencido de que mi labor era ayudar a mis conciudadanos, prevenir más que sancionar y siempre fui fiel ha dicha filosofía; cuando tenía que "patrullar" por la zona centro me sentía enormemente feliz porque podía ayudar a mucha gente y a muchos turistas; siempre me entregué a mi trabajo y me gustaba realizarlo con respeto y eficacia.

Tienes una anécdota muy divertida.
Estando regulando el tráfico en la esquina del Cós de Gracia y la calle San Manuel, vino una señora muy nerviosa."guardia, guardia , por favor". era en el momento en que un compañero debía sustituirme, poco más o menos a las doce y pico, hicimos el relevo y yo me dirigí a la señora que me explicó que su marido iba a llegar para comer y ella todavía no tenía la comida preparada porque era incapaz de cambiar la bombona de butano; la acompañé a su casa y solucioné su problema… Ella enormemente satisfecha solo me decía "no sé com puc pagar-li", "déme -le dije- dos besos y con ello me daré por satisfecho".

Detalle que te "retrata"; sin embargo tu faceta más popular es la de "pregoner popular de les festes de la Mare de Déu de Gràcia".
Posiblemente sea como dices; en el año 82, siendo alcalde don Ramón Homs, le preguntó a Miquel Camps si alguno de los guardias municipales aceptaría ser el pregonero popular de las fiestas, él respondió que lo dudaba pero yo, al enterarme de ello, me presenté voluntario, era un papel bonito, simpático y ya llevo 30 años en ello; en el 92 a causa de una intervención quirúrgica, Nito Xuquí (Joan Mercadal Riudavets) me remplazó pero si todo sucede como espero y deseo, seguiré un año más siendo el pregonero y con Bep Portella como "redactor en cap".

También has formado parte en varias agrupaciones corales.
Es cierto y muy relacionado con es "Deixem lo Dol"; en 1975, Marlén Coll quiso que interpretásemos, Pito Costa como tenor, Esteban Meliá como barítono y yo como bajo, el "Tranquila está la noche", y tan impresionada quedó del resultado que nos trasladamos a Barcelona para gravar un disco; también y durante 27 años he cantado en la Coral de Es Castell, que al cumplir las "bodas de plata", siento Antonio Pinto su presidente, me obsequiaron con una placa como "Colaborador foráneo".

Tú y Paco erais totalmente diferentes; él introvertido, poco dado a exteriorizar sus emociones, tú, por el contrario, más extrovertido, jovial, un relaciones públicas nato. ¿Estás de acuerdo en ello?
Desde luego que sí; Paco era como mi padre, reservado, serio, introvertido, yo soy el caso opuesto, extrovertido y mucho más abierto que él.

Hablando de tu padre, que era militar, hay un hecho poco conocido de su carrera como tal.
Efectivamente, él fue el único menorquín que participó en el desembarco de Alhucenas (8 de septiembre de 1925), operación que planificó el general Primo de Rivera.

Era, como dices, un hombre serio, enjuto y físicamente más alto que vosotros y muy querido por el coronel Chinchilla.
Sí, sus amigos más íntimos eran Benito Sintes, y el comandante Allés; en cuanto a su relación con el coronel Chinchilla fue como dices, hasta el extremo que le propuso seguir en activo porque tenía una gran confianza en él y en su trabajo.

Como fundador de La Salle Mahón, el hoy Menorca Bàsquet, ¿qué sientes al comprobar la situación actual por la que atraviesa tu club?
Toda clase de sentimientos, hoy desgraciadamente todo el deporte se mueve alrededor del dinero y este no siempre fluye de la forma que todos desearíamos, de ahí que mi deseo es que la agonía de mi club, sea la más breve posible y que no deje secuelas irreversibles.

Y Maó, tu ciudad de siempre, tu "casa", ¿cómo la ves?
Con mucho por hacer y muchas incógnitas por despejar; el centro histórico languidece, carece de aquella viveza de antaño, sin embargo en algunas zonas periféricas notas que existe vida, al menos aparentemente.

La juventud actual es totalmente diferente a la nuestra, ¿a qué se debe dicho cambio?
Sobre todo a la educación; nosotros valorábamos la importancia de las cosas pequeñas y se nos educó en el respeto y en sobriedad, valores que han desaparecido como si todos nadásemos en la abundancia.

Y con nuestros pequeños "lujos" fuimos felices.
Mucho, con solo entrar a "Can Barceló", algún domingo al mediodía para tomar un aperitivo nos bastaba, lo nuestro fue algo irrepetible, una forma de vivir que en muchas ocasiones he añorado.

El espacio se agota, sin embargo, ¿a qué jugadores de básquet, de los históricos, "seleccionarías"?
A Pedro Gomila, al que admiraba, a Ricardo Arguimbau, un crack, a Paco Osuna, defensor excepcional y que jugó en el Alcázar y en La Salle, a Marcial Camps, un pívot muy sólido, a Alfredo Riudavets, rápido como un gamo y a Javier Pérez Cardona, correoso y peleón como él solo.

¿Y a Carlos Fábregues?
Creo que yo encajaría en este equipo, porque tenía bastante (mucha, digo yo) facilidad en el tiro y agilidad mental y física.

Y en cuanto al fútbol.
Fedelich era excepcional, con Nando, ambos del Menorca, formaban una media de lujo, también los unionistas Carretero y José Pons Benejam eran de mi agrado, como otros muchos,

De Pons Benejam te convertiste en "su utillero".
Lo era, cada domingo a la una y media iba a su casa y recogía su "maletín" y después de dar un abrazo a su hermano "Lesio", que me adoraba, me iba al campo de la Unión, y entraba gratuitamente.

Había que ingeniarse para "subsistir"; y al "Pater", ¿cómo le recuerdas?
Como una persona irrepetible, entrañable como pocos; un personaje excepcional.

En estos momentos, ¿qué le pides a la vida?
Paz y salud para todos y que yo puede ver crecer a mis nietos.
Lo mejor para seguir soñando en un mundo renovado y mejor, como aquel añorado ayer.

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