El centro histórico de Ciutadella vuelve a ser escenario de operaciones para los amigos de lo ajeno. Entre el domingo y ayer, comerciantes de la zona contabilizaban cinco hurtos, que se suman a los que se han ido produciendo en las últimas semanas, con el dudoso honor del récord registrado en la calle Carnisseria, donde, según recordaba una dependienta, hace un par de meses las denuncias se interpusieron por docenas.
Uno de los afectados reconocía sentir impotencia y rabia. "Sí, claro que he denunciado y la policía ha venido y ha cumplido con su ritual de las huellas y las pruebas. Tampoco pueden hacer mucho más, están un tanto limitados", argumentaba. Unos metros más abajo, en otra tienda que ha sido víctima de los hurtos, explicaban que los autores son viejos conocidos. "La policía sabe quien son pero ellos conocen bien los límites e intentan que no se les pueda acusar de un delito, no tocan nada, sólo vacían la caja y gastan guantes para no dejar huellas y nos comentan que así es difícil coger a alguien", explica una dependienta, quien lamenta, como el otro afectado, que no se haya incrementado la vigilancia tras las últimas denuncias. "Por la noche no, pero, al menos, a mediodía podían pasarse por aquí porque podría disuadir a los ladrones", apunta.